Las cosas no funcionarían de este modo, me resistía a vivir siendo excluida de los acontecimientos de su vida, deseaba creer que todo estaba bien pero sin embargo, nada iba bien.Aden seguía ocultando cosas que podrían llegar a ser importantes o quizás, no era así pero el temor de repetir la historia, me aterrorizaba.
No obstante, de mi mente no se borraba la frustración que demostró Aden, al contarme el mínimo detalle y eso me hacía dudar el doble. ¿Al caso era algo extremadamente peligroso? ¿Había dejado realmente su pasado atrás? Y con todas esas dudas, me daba cuenta que gran parte de todas estas emociones encontradas, se reflejaba la desconfianza. Gran parte de mí, aún desconfiaba de él y eso me lastimaba sin querer.
No estaba bien, nada estaba bien.
No puedes desconfiar de la persona que amas.
Y yo lo hacía.
Me frote el rostro, tratando de calmarme, había estado llorando por más de veinte minutos en el estacionamiento del hospital. No debía llevar mis problemas personales al trabajo, no quería que mis emociones afecten e intervinieran el cumplimiento del turno.
Debía entrar ya, porque el comienzo del turno no demoraba en empezar. Mire mi rostro en el espejo retrovisor, notando mis ojos rojizos y los labios un poco hinchados, no había nada que pudiera hacer, lo iban a notar.
Solté un suspiro, tomé las cosas y salí del auto.
Caminaba por los pasillos, una vez adentro olvidé lo mal que estaba tan sólo minutos. La misma señorita de recepción, me informó apenas me vio que mi padre estaba en su oficina, esperándome. Asentí y me subí al ascensor que me llevaría a administración.
Así que mi padre me estaba esperando, ¿qué sería eso tan importante? Me pregunté a mi misma, sarcástica. Sólo esperaba que Olivia, pudiera hablar con él, no me agradaba para nada, engañar a mi padre pero él no me había dado otra opción, otra opción favorable y no la única que sólo se beneficiaba a sí mismo. Realmente, esperaba que todo esto saliera bien, de lo contrario era consciente que ambos la pasaríamos mal.
Suspiré antes de abrir la puerta, mi padre al escuchar la puerta abrirse, levantó su mirada de unas carpetas y alzó sus cejas, un poco asombrado. Me adentre sin pedir el permiso, él me estaba esperando y yo no quería hacerlo perder más tiempo.
—No tuve la esperanza que vinieras. —Hizo un sonido con su boca y dejó su pluma de lado. —Suelo equivocarme contigo varias veces.
—¿Qué quieres hablar conmigo? —Me odie a misma escuchar mi voz un poco congestionada. Él miro mi rostro con desaprobación y ahí lo entendí. Mi aspecto no era el mejor pero podía usarlo a mi favor. Era un riesgo que debía tomar. —¿Ahora si estas feliz?
Él hizo una mueca y se levantó de su silla, no aparte mi mirada, observe cada movimiento que hizo, cada mueca que hacía hasta que giro nuevamente hacia mí y asintió.
—¿Estoy mal al querer ver a mi hija libre de un sujeto que nunca la ha merecido? —Cuestionó dejándome sin respuesta, no quería contradecirle ni mucho menos armar una discusión. El hecho que me llamara "mi hija" me había dejado sin palabras, hace tanto tiempo no escuchaba llamarme de esa forma. —No entenderás, lo que un padre puede hacer por su hija para protegerla del mal.
Negué con mi cabeza, sus palabras empezaban a molestarme y cualquier persona que lo escuchara, podría pensar que es un padre ejemplar, que su única meta como padre es proteger a sus hijas pero la realidad era otra. Su forma de proteger, resaltaba ante cualquier padre del mundo.
—¡Ay papá, por favor!
No me había dado cuenta cuando mi padre se posicionó detrás de mí, abrazándome, di un brinco por la impresión y cuando sus brazos rodearon mi delgado cuerpo, no pude más que fruncir el ceño por su inesperada muestra de cariño.
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Una Mentira Por Amor
RomanceMaia Holister sufre en silencio, todos los días, para ella la felicidad quedó en su pasado, pero su pasado no quiere dejarla atrás. Las mentiras duelen pero hieren más si vienen de tus propios familiares. Una historia de amor y dolor, marcada a tr...