No puedo articular palabra, miro a todos lados, buscando a los agentes, pero no hay nadie cerca. Justo llama cuando no hay seguridad adeantro, es como si lo supiera. Trago grueso, mi respiración se vuelve agitada. Él sigue hablando en la otra línea.
—Sé que me extrañabas. —Maúlla, mi piel se eriza al escucharlo, tomó el valor para hablar.
—¿Q-qué quieres? —Tartamudeo, maldigo, sé que puede sentir el miedo que provoca en mí con solo escucharlo.
—Gatita no temas de mí, pensé que habíamos quedado bien la última vez que nos vimos. —Ríe descaradamente.
—Vete al de...
—No, no, no. Eso no me gusta. —Hace un sonido desagradable con su boca, apretó el teléfono en mi oreja. Mis manos se ponen frías. —No, después de que me hayan engañado, Aden está pagando muy mal las consecuencias, no querrás que haga lo mismo contigo o ¿sí?
Dejé de respirar.
—Puede que cambie de opinión y lo deje vivir, pero deberás venir aquí con nosotros, salir de esa casa y encontrarnos en una de las bodegas del norte. Si, esas que algún día fueron de él.
Ni siquiera lo pensé, acepte sin objeciones, era la vida de Aden y si estaba en mis manos, salvarlo, pues lo iba hacer.
—Sin trucos, una palabra a los hombres que te vigilan y terminó con la vida de tu amorcito.
La llamada no se extendió a más, luego de darme la dirección exacta a donde debía llegar, cortó. No podía perder mucho tiempo, ocupaba tomar un auto y llegar al lugar cuanto antes, pero para eso debía llamar la atención de Sanders para que se moviera de ahí, el estacionamiento subterráneo era el único lugar donde podía encontrar un auto, subí lo más rápido que pude para ducharme y salir.
Me terminaba de colocar unas zapatillas, mientras repasaba mi plan. Primero debía deshacerme del guardia que cuidaba el frente superior, quizás podía encerrarlo en una de las habitaciones del living, luego debía correr hacia Sanders pidiendo ayuda, haciéndole creer que alguien había entrado a la casa, para así tener la vía libre para entrar al búnker, suponía que no se ocupaba ninguna clave para ingresar, ya que mantenían vigilancia constantemente, es como si alguien pudiera entrar fácilmente. Si algo salía mal, mi plan habría fracasado y la vida de Aden estaría en riesgo.
Cuando atravieso el primer piso, mi plan se viene abajo cuando veo el otro agente buscando su desayuno, me paralizó sin saber qué hacer. Su arma aparece ante mis ojos en la encimera, él estaba buscando algo en el refrigerador. Tras un momento de incertidumbre, tomó el arma, trago saliva con dificultad y lo golpeó en su cabeza sin pensarlo demasiado, cae al suelo inconsciente, mi mano tiembla, nunca había tenido un arma en mis manos. Pienso en sí dejarla donde estaba o llevarla, termino metiéndola dentro de la cintura de mis pantalones, debía llevar algo para defenderme, aún sino sabía cómo usarla.
Retomo mi plan con Sanders, comienzo a correr cuando cruzó el jardín. —¡Hay alguien en la casa, Sanders!
—¿Quién? —Se gira hacia mí, sacando su arma.
—No lo sé, alguien golpeó el otro agente, creo que está muerto. ¡Corre!
No dice nada más y sale corriendo hacia adentro, sin mirar atrás. El corazón me martilla cada vez con más fuerza, no tengo mucho tiempo para poder ingresar al búnker, miro atrás una vez más y corro hacia la entrada, el camino es un poco inclinado, todo se ve oscuro, la gran puerta de hierro tiene una palanca en vertical, trató de empujarla con fuerza, hasta que cae y puedo ingresar al túnel, cuando escucho el grito de Sanders, comienzo a correr sin saber bien hacia dónde ir.
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Una Mentira Por Amor
RomanceMaia Holister sufre en silencio, todos los días, para ella la felicidad quedó en su pasado, pero su pasado no quiere dejarla atrás. Las mentiras duelen pero hieren más si vienen de tus propios familiares. Una historia de amor y dolor, marcada a tr...