Sólo me dieron algunos detalles de toda la información, según la agente Morel, lo único que debía saber, es que ellos estaban para cuidarme por órdenes superiores, pero que detrás de todo esto, estaba Aden.
La agente Morel, no me dijo mucho sobre él, sólo me alcanzó a decir que estaba bien, nada de lo que había pensado anteriormente era cierto, él seguía vivo, en alguna parte y hacía todo esto, para protegerme. Él lo sabía, él supo que Gato Negro fue por mí, seguía importándole y eso me hizo sentir segura de aceptar el protocolo.
Me llevaban en una camioneta Chevrolet negra, con tres agentes hombres, todos vestidos con trajes negros y la agente iba a mi lado, en los asientos del medio, no me dijeron la ubicación exacta donde íbamos, en cuanto salimos del hospital, hemos rodado por más de cuatro horas sobre la carretera, el doctor me dio unos analgésicos para el dolor que iba a experimentar con las horas y ya realmente lo sentía.
Traté de tomar mejor posición, la camioneta era grande y espaciosa, mi brazo izquierdo estaba entablillado por factura de húmero, eso había sido lo más grave, lo demás eran raspones y hematomas. Fue lo que me permitió la salida del hospital, ya que el doctor después de todo, se quiso oponer pero los agentes se encragaron de sacarme de allí, no era seguro quedarnos una noche en el hospital.
Me quejé por lo bajo, cuando traté de mover mi pierna, aún estaba inflamada y adolorida, el copiloto y la agente Morel, giraron su cabeza sincronizados hacia mí, notoriamente preocupados. —Estoy bien, sólo trato de buscar otra posición cómoda.
—Sanders, corre el asiento. —Dijo el agente Walker.
La agente Morel, giró su cuerpo hacia atrás y dijo. —Hazlo con cuidado.
El chico de atrás obedeció, sólo sentí como el asiento fue corriéndose suavemente hacia atrás, dejando más espacio para mis piernas, también me ayudó a inclinarlo, así podía recostarme. Les agradecí, mi espalda lo necesitaba. Mire a través de la ventana, como el sol se ocultaba, era tarde y estaba cansada pero me resistía a dormirme, quería seguir viendo el camino, aunque era evidente que ya no estábamos en la ciudad.
Mantuve mis ojos cerrados, reviviendo el miedo que tuve hace sólo unas horas, había creído que era mi fin, esos hombres me iban a encontrar sino hubiera sido porque los agentes me atropellaron. Sonaba loco. Pero, ese incidente me salvo la vida. Y detrás de todo esto, estaba él.
Aden seguía preocupándose por mí, después de creer que eso ya no era así, las imágenes de él en el restaurante no se iban de mi mente y ahora confirmaba las palabras de Olivia, todo era un teatro. Gato Negro estaba cerca y él lo sabía, me involucró en este dichoso protocolo, el cual yo sabía que en su momento estaba excluida, sólo pedía que no hubiese nada más detrás de todo esto.
Abrí mis ojos al sentir que la camioneta se había detenido, estábamos afuera de un enorme portón, sólo esperaban que se abriera completamente para ingresar. Me enderece en mi asiento y mire a la mujer a mi lado, ella asintió como respuesta.
Desde afuera no se podía ver nada, todo eran grandes muros blancos que impedían ver más allá, el portón terminó de abrirse y la camioneta pudo seguir, todo lo que vi fue un largo camino bordeado de palmeras, el conductor mantuvo la velocidad, y rápido llegamos al final del camino, encontrándonos de frente con una casa, era grande, dos pisos, de color blanca con grandes ventanales en el segundo piso y también en la puerta de entrada. A un lado de la casa, había una gran zona verde y todo estaba rodeado de grandes muros, parecía una fortaleza.
El auto estacionó justo enfrente, el copiloto bajo en cuanto se detuvo, rodeando la camioneta y abriendo mi puerta, miré la casa y luego a ellos, sólo un agente se había bajado, los otros parecían que no lo harían, todo este tiempo me había entendido con la agente Morel y ella no parecía moverse del asiento.
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Una Mentira Por Amor
RomanceMaia Holister sufre en silencio, todos los días, para ella la felicidad quedó en su pasado, pero su pasado no quiere dejarla atrás. Las mentiras duelen pero hieren más si vienen de tus propios familiares. Una historia de amor y dolor, marcada a tr...