el beso que pedimos

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Pov Calle:

Con una sonrisa llego a casa.

- Daniela Calle - su voz angelical se escuchó por toda la habitación cuando ya había llegado hasta allí.

- dime, mi amor - sin quitar mi sonrisa traviesa me acerco hasta ella.

- ¿Qué haces? - dejando pequeños besos en su mejilla hasta su nuca habla con la voz entrecortada.

- besando a mi novia - dije siguiendo mi camino hasta que aquel mandil que tenía ella, me interrumpió.

- deberías de controlarte -

- no quiero hacerlo - lo del embarazo me tenía un poco alterada, los antojos, las emociones y otras cosas.

- Calle, perderé el control - su voz casi ni se entendía.

- pierdela solo conmigo - un "siempre lo haré" salió de sus labios.

Ella de un momento a otro me llevó hasta la cama y me dejó ahí con delicadeza.

- los amo -

- nosotros a tí - fue bajando hasta mi vientre y dejo un tierno beso.

- tu calentura ya se fué - negué.

Ella sonrió y beso mi cuello.

- amo todo de ti - fue subiendo hasta llegar a mis labios - pero tenemos que parar - se separó de mi dejándome en la cama con las piernas abiertas.

- ¡María José! - un "lo siento, mi amor" se escuchó, porque luego me distraje viendo el perfecto culo que se veía.

Algo que le gustaba a ella era estar así los sábados, porque casi no llegaba nadie, Sali salía con sus tíos, con mi padre o por último se la pasaba con la vecina.

"Dios mío"

"Pero que mujer tengo"

"Tiene un culo tan perfecto"

Esos, entre muchos más eran las cosas que venían a mi mente después de verle su increíble culo.

Ella iba con un mandil por toda la casa, con camisa, sin shorts y sin boxer. Solo en mandil.

Las primeras veces que se lo puso morimos de la risa al tratar de insinuarse ante mí, pero sin contar el problema que pasé junto a ella porque mi padre había entrado.

Inicio de Flashback:

- muero de hambre - ella como buena novia, se levanta del sillón y va hasta la habitación - María José - sin escuchar alguna respuesta de su parte voy hasta la habitación y la encuentro.

- dios mío santo - ella se estaba acomodando aquel mandil que se le podía ver todo, pero todos sus atributos.

- necesito mi vestimenta de chef para prepararte lo que deseas, princesa - dejando un suave beso en mi mejilla se va hasta la cocina.

- ¿Qué crees que se me antoje? - ella dudando mueve un poco el mandil dejando ver su....

- ¿Qué mira señorita Calle? - interrumpió mis pensamientos.

- nada, solo pensaba - pero la verdad es que tenía un muy buen....

- ¡ya sé! -  ella habló - espérame en la sala - pesadamente me voy hasta la sala, pero no sin antes darle un golpe en sus nalgas.

Eres mi gran amor - CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora