la vecinita

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Pov Poché:

Hace 7 años atrás:

- ¡Dios mío!, Que belleza - definitivamente mi nueva amiga era hermosa, preciosa, deslumbrante, ella era una maravilla.

- Pochisla voz de mi mejor amigo me hizo volver de mis pensamientos.

- te estaba hablando de tu nueva vecina - yo la estaba imaginando conmigo, abrazándola y besandola.

- sí, díme - sin prestarle mucha atención a él miré por todo el parque.

- es hermosa - era cierto.

- ¿Cómo es que tenemos 9 años y somos así? - se me vino la pregunta a la mente.

- ¿Cómo qué así? - la voz varonil confusa de él se escuchó débil.

Bueno, si la miraba con ansias de estamparle un beso a Daniela Calle, ¿quién no querría?.

- así - mi dedo fue hasta su barbilla y lo toqué - babeando por chicas todo el tiempo - su gruñido de fastidio me hizo reír un poco hasta que mi risa se volvió en solo una pequeña sonrisa al ver cómo mi quería vecina venía hacia nosotros.

- hola - sus ojos medio cerrados por las luz del sol la hacía más tierna, llevó una mano hasta su frente y tratar de que aquel sol no dé directo en la vista.

- holi - habló mi amigo - si tan solo supieras como me gustas - su risa tímida me hizo actuar de otra manera.

- le gustó lo que le dijo - la rabia dentro mío de no ser yo el quien causó esa risita.

- ¡Oye! - su grito me hizo volver a la realidad - mi madre me dió permiso para salir, pero solo sabe que ando en los jardines de tu casa - sonreí al solo pensar como ella jugaría ella en mi jardín.

- ¡Poché! - la voz de mi mejor amigo la escuché antes de que sienta mi cabeza doler.

Me había caído un pelotazo en la cabeza.

- niños malcriados - la voz de mi mejor amigo regañandolos hizo que sonriera con mi mano sobre mi cabeza.

- ¿Estás bien? - la voz de aquél ángel era tan precioso en esta vida.

- sí, sí - respondí rápidamente - solo fue un golpe - hablé abriendo los ojos, pero el sol me hizo volver a cerrarlos.

- muy fuerte - habló la pequeña castaña preocupada - ven - sus manos se entrelazaron con la mía y me llevó hasta una banca en dónde no me llegaba tanto el sol.

- tranquila - hablé con una sonrisa, pero la verdad el dolor seguía.

- te dieron durísimo - su mano suave fue hasta la parte donde junto me había caído el balón, lo peor es que no era un balón de plástico, sino que era de cuero y esas dolían demasiado.

- no pasa nada - convenciendo a la castañita de que no dolía me la pasé casi toda la tarde.

Sí, toda la tarde.

Después de que escuché "niños malcriados" mi me mejor amigo ya no lo había visto, el niño que minutos antes lo había visto jugar con la pelota llegó hacia mí pidiéndome disculpas y.....¿quién era yo para negarselo?.

Eres mi gran amor - CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora