Pov Calle:
Todo el mundo tiene algún pensamiento, en todo momento.
Y el mío en este momento era Poché.
Poché.
Ella está en mi mente en cada minuto, en cada segundo.
Y no solo porque sea mi novia, madre de mis dos bebés u otra cosa, pero mi mente estaba todo el día en ella.
Volví a enloquecer.
Me volví a enamorar de ella.
O simplemente nunca dejé de estar enamorada de ella.
Pero mi duda, también, eran los pensamientos que tenía ella.
Su rostro pensativo al quedarse viendo algún objeto.
No ayuda.
Mi rostro mostró felicidad al ver a mi pequeña, y la volví a pensar.
Se parece mucho a Poché, pero tiene partes mías.
- amor - la llamé - ¿Dónde está Salo? - le pregunté con un poco de interés para sacarle conversación.
Y es que se había quedado mirando hacia un punto fijo.
No hablaba, no se movía.
Solo el silencio mandaba en ese momento.
- no sé - y justo al terminar de hablar, entra Salomón todo empapado de lodo - me pido para bañarlo - habla rápidamente y solo se me acerca para darle un pequeño.beso a nuestra hija.
Ella se fue caminando tranquila, pero antes que llegara al baño la llamé.
- Poché - su rostro giró rápidamente esperando alguna respuesta, pero no sabía cómo preguntarle - ¿Estás bien? - lo solté con un poco de dificultad y aunque dudaba de su respuesta, solo asintió.
Se dió la media vuelta y se fue hacia la bañera junto a Salomón.
- Poché, ¿Qué te está pasando? - me pregunté a mi misma buscando alguna respuesta.
Tal vez se molestó por algo que hice.
Y aunque buscará alguna solución, no encontraba.
No quería dudar otra vez, no quería estar con esta duda si me está engañando, pero ella se comporta así de rara.
Llevé a nuestra hija a nuestra habitación donde había una cuna y luego salí hacia el baño viendo cómo Salo salía junto a Poché secándose el cabello con sus toallas azules, pero la diferencia es que cada toalla tiene el nombre de cada uno.
Después del baño fuimos a comer algo fuera de casa y volvimos.
Todo el camino estuvo en silencio.
Todo el camino estuvo pensativa.
Mi hija también, no lloraba, no gritaba. Estaba como Poché.
- tal vez no sea algo malo - pensé bajando mi mirada hacia mi pequeña que dormía en mis brazos.
- Poché, ¿Qué tienes? - ella negó dándome a entender que no tenía nada y siguió el camino hacia la casa.
Mi ansiedad por saber que le pasaba crecía más y no lo podía aguantar.
Llegamos a casa, dejé a mi pequeña dormilona en su cuna, después acompañé a Salo para vestirse, y pueda dormir. Lo arrope, le hice cariño y le canté.
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Eres mi gran amor - Caché
Hayran KurguMaría José Garzón, una empresaria reconocida, pero no tanto. Ella está feliz mente casada y por alguna razón ella vuelve al país donde ella nació y se crío. Que sin pensarlo le traería varios problemas. Daniela Calle, una chica que no ha sido muy fe...