Eres mi gran amor - Caché

Sebastián y María José

Esto no tiene nada que ver con la historia, tampoco es que le sume, tampoco le resta.

Si lo quieren leer pues ahí les va, sino esperen al siguiente cap.

Poco Calle:

Era raro, muy raro.

Sebastián hacia cualquier cosa para distraerme, pero lo bueno es que me divertía.

- y hacíamos así - se preparó para dar una acrobacia y al final se cayó.

Las risas no faltaron y se acabaron al ver a su mejor amiga frente a nosotros.

- ¿Qué pasó? - Sebastián un poco cansado por las risas habló.

- pasa que los ví venir al parque y quería saber por qué - ¿Metiche?.

- salimos un rato a hablar - Sebastián sin querer que yo me dé cuenta guiñó el ojo, pero fracasó.

- oh, ya entendí - asintió varias veces con una cara no muy agradable.

- ¿Vamos? - preguntó mi amigo y asentí sin pensarlo.

No es que no me llevara con su mejor amiga, hasta decidí hacerme su amiga por Sebas.

- es muy lindo - él miraba el cielo con una sonrisa - la mamá de Poché dice que estoy enamorado - ¿Poché?.

Tampoco es que me interesara quién sea Poché.

- ¿De quién? - su respuesta me interesa mucho.

- de una linda y preciosa castaña - con una sonrisa asentí varias veces, mi sonrisa era grande al entender su frase.

- Sebas - ella nos interrumpe al yo querer acercarme a él.

- creo que me voy a casa - su mirada fue hasta mi y ahí se quedo hasta antes de irse con una sonrisa triste.

Sebastián y yo quedamos hablando hasta que el tomo la iniciativa a algo que supuestamente estaba esperando a que me lo dé.

- quiero ser tu primer beso - puso su mano en mi mejilla, pero yo...no,ay no.

- mi papá me dijo que tenía que regresar temprano a casa, ya vuelvo - antes de que terminara acercando más hablé rápidamente y me fui hasta mi casa.

Había corrido un montón al pensar que me seguía, pero después traté de regularizar mi respiración.

- hola - la chica bonita de al frente o la metiche me habló.

- te cambiaste de ropa - ella asintió.

- mis padres querían que vaya donde mi abuelita, ¿Quieres ir? - metió sus manos en los bolsillos de aquel jean formal, la verdad que no le quedaba nada mal.

- no lo sé, le preguntaré a mis padres - claro que no lo haría, recién la conozco, aunque mis padres me hablan buenas cosas de la vecinita, yo no la conozco.

- va a ir Sebas - sonreí sin importancia, pero si iba al menos no me aburría.

Le hice señas de que entraría a "preguntar" si me dejaban, sonrió muy feliz.

- te espero - fue lo último que escuché de su parte.

- Ja, espera sentada, vecinita - entré a casa y lo primero que escuché fueron gritos de mi padre.