✰Star 1117✰

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(Narra Hyunjin)

Respiré agitadamente, mi pecho subía y bajaba con demasiada rapidez, tomando grandes bocaradas de aire para normalizar mi respiración y me dejé caer en el suelo. Por una rara razón el juego se tomó como si fuera una batalla de baile. el sudor caí por mi cuerpo. Sin contar que me dolian horribles las piernas. Miré hacía mi derecha, él se encontraba en el mismo estado que yo, su respiración era pesada con sus mejillas sonrojadas, sonreí y él me miró con un brillo especial en sus orbes, el brillo que solo me pertenecía a mí, la mirada que era solo mía. Me senté en el suelo y mordí mi labio inferior mientras recorría su cuerpo, esos hombros delgados, cintura estrecha y un vientre plano debajo de esa ropa ajustada que me estaba volviendo loco, desde que salimos de la escuela, bajé más mi mirada y sentí una punzada de placer en mi parte baja. Sabía que no sería buena idea, estábamos muy agotados; él sobre todo, que además de que el había estado catado.. Me arrodillé a su lado y lo miré significativamente, él abrió sus ojos y negó con su cabeza, su expresión era de total agotamiento. No le hice caso. Del brazo, casi arrastrándolo lo llevé a su habitación, ahí lo metí a la ducha, de nuevo trató de negarse aludiendo que estaba muy cansado. Busqué sus labios y lo besé, con lentitud, disfrutando, lamiendo, mordiendo; él me respondió casi de inmediato, estreché su cintura entre mis brazos pegándolo a mí. Él rodeo mis hombros con sus delgados brazos y jugó con mi cabello entregándose al beso, bajé mi mano a su muslo y lo alcé un poco, inconscientemente movió su pierna alrededor de mi cintura y me pegó a él, casi gemí por el contacto, buscando más fricción, mostrándole cuán excitado estaba.

- Hyunjin amor ..estoy cansado, creo fue una batalla de baile no un juego..- Volvió a replicar, pero no apartaba su cuerpo de mí, tartamudeó cuando empecé a besar su cuello y mordí levemente su piel.

Con rapidez y una sola mano saqué su camisa y la mía, los pantalones y ropa interior le siguieron en poco tiempo. Sonreí cuando lo vi, estaba apoyado contra la pared de su baño, su piel blanca y lechosa estaba brillante con una pequeña capa de sudor producto del juego y el momento, su pecho subía y bajaba con rapidez, sus manos buscaban apoyo en la pared mientras miraba el piso con la cara completamente sonrojada por la parte de su cuerpo que en este momento estaba completamente despierta, buscando atención.

Me acerqué de nuevo y abrí la llave de la ducha dejando que el agua saliera levemente caliente, con un brazo rodeé su cintura y con mi otra mano tomé su miembro empezando a moverla de arriba hacia abajo, mientras el agua nos empapaba. Su cabeza se fue hacia atrás con una mueca de placer, se mordía el labio tratando de no gemir fuerte y apretaba mis hombros enterrando sus uñas. Baje mi cabeza y volví a besar su cuello, subiendo lentamente por su mandíbula hasta sus labios, mis dedos se movieron hasta que encontré su pequeña entrada, suavemente introduje uno ganándome un gemido de genuino dolor, besé sus labios para distraerlo y comencé a mover mi dedo, despacio.

Pronto se acostumbró al segundo y tercer dedo, mis movimientos ya eran más rápidos robándole jadeos sensuales llenos de placer, alejé mi mamo y me miró con reproche. Lo tomé de la cadera y lo alcé, rodeó mi cintura con sus largas piernas y dirigí mi miembro hacía su entrada, entré hasta la mitad en con una sola embestida, un grito salió de su garganta y se aferró a mis hombros cerrando fuertemente los ojos, me maldije por ser tan poco delicado, pero la pasión me consumía, no podía parar ahora; y no lo hice. Seguí entrando ahora más lento y con mayor dificultad. Él mordía mi hombro aumentando su fuerza cada vez que me enterraba más en él, esperé un poco cuando entré completamente y después comencé un vaivén lento.

Las estocadas se volvieron más rápidas y profundas a medida que con su voz de bebé me pedía más, el agua seguía cayendo por nuestros cuerpos causando un sonido erótico en el baño que me excitaba más, sus nalgas y espalda chocaba con rudeza contra la pared y yo cada vez quería entrar más y más en él, gemidos se me escapaban y el casi gritaba en mi oído. Llegó al climax, manchando nuestros pechos, gritando con fuerza y volviéndose casi de gelatina en mis brazos; no dejé de moverme dentro del él para alargar su placer. Con suavidad lo solté permitiéndole que apoyara sus pies en el piso, él me miraba con duda, yo aún no había acabado.

star 1117 (You are my star ) HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora