Cíclope logró encontrar un poco de la ropa que había pertenecido a Nicky 1 y, después de mucho forcejear con el pequeño mutante azul, se la puso a Kurt a pesar de sus gritos y pataleos. Así los dos niños, muy bien vestidos, jugaron durante largo rato en la sala de observación, donde no podían romper nada ni podía escaparse. Kurt no podía teleportarse cuando era niño y eso facilitó la tarea de tenerlo encerrado. Cerca de las tres de la madrugada los pequeños se durmieron como dos angelitos y ya no fue preciso vigilarlos.
Mientras tanto el resto del equipo se reunió para trazar el plan de rescate, cosa que les llevó cerca de dos horas. Los X-men habían decidido incluir a Kitty Pryde en el equipo, ya que su teleportador estaba nuevamente fuera de combate. Y ya que Kitty los acompañaría, decidieron incluir a otros estudiantes como Iceman y Rogue. Los tres estudiantes, sentados en la sala de entrenamiento, escuchaban atentamente lo que les estaba explicando Cíclope:
—La guarida de los terroristas es una instalación de cuatro compartimentos subterráneos unidos por túneles. El compartimento norte es donde están encerradas las rehenes y el compartimento sur es el que tiene la única salida o entrada. Nuestro plan es llevar a Kitty al compartimento norte y hacerla descender atravesando el suelo hacia las rehenes. Irá amarrada con una soga y, cuando tenga a las rehenes, tirará de la cuerda para que nosotros halemos.
—Tendremos que hacer todo eso sin que los terroristas nos vean —gruñó Wolverine.
—Y sin que nos vea la pandilla de muchachos ociosos que siempre están por ahí, cuidando el lugar durante el día —agregó Tormenta.
—Yo puedo encargarme de convencer a los muchachos de salir de allí —ofreció Wolverine—. En diez minutos puedo despejar el área de las calderas y de las líneas de producción.
—Perfecto —aprobó Cíclope—. Si todo sale bien, estaremos llevando las rehenes al Ave Negra en menos de veinte minutos.
—¿Y si no sale bien? —preguntó Jean preocupada.
—Entonces los terroristas saldrán al exterior y tendremos que enfrentarlos.
—Pero no podremos detener a Magneto —protestó Tormenta—. No, a menos que Charles nos acompañe. Él es el único con el poder suficiente para enfrentar a Magneto.
—¿Qué dices tú, Charles? ¿Puedes venir con nosotros?
—Será imposible, Scott —dijo el profesor X haciendo avanzar su silla de ruedas hacia el centro de la habitación—. Traté de evitar que Nightcrawler fuera convertido en un bebé y el esfuerzo me dejó agotado nuevamente. Si tratara de usar mis poderes mentales ahora, volvería a sobrecargarme y a quedar inconsciente.
—Tendremos que confiar en que todo saldrá como lo planeamos —sugirió Wolverine.
—Por lo menos ya hemos repartido la misión de cada uno —continuó Cíclope—. Iceman y Rogue se quedarán vigilando el Ave Negra, Jean y yo vigilaremos la entrada a la guarida de los terroristas, Wolverine llevará lejos de allí a los muchachos que custodian la Fábrica de Mutantes, mientras Kitty y Tormenta se encargarán del rescate. ¿Alguna pregunta?
Nadie respondió y Wolverine dijo:
—Es hora de irnos.
Corrieron a ocupar sus puestos en el Ave Negra y el moderno jet despegó cinco minutos más tarde en dirección a la Fábrica de Mutantes. Solamente Xavier se quedó en la mansión X, vigilando el sueño de los dos bebés.
XXX
Todo sucedió tan de prisa que no hubo tiempo de reaccionar. El Ave Negra aterrizó silenciosamente a un costado de la Fábrica de Mutantes. Iceman y Rogue se quedaron vigilando la compuerta abierta del avión, mientras los X-men, incluida Kitty, bajaban y entraban por la puerta principal de la fábrica
—Tú turno, Wolverine —dijo Tormenta en voz muy baja—. Te damos diez minutos.
Logan saltó sobre la caldera más cercana y alcanzó las vigas metálicas del techo, saltando de viga en viga hasta quedar sobre los muchachos que a esa hora cuidaban la Fábrica de Mutantes. Desde lo alto saltó y cayó entre ellos, sacando las grandes garras y diciendo:
—¡Todo el mundo fuera de aquí! ¡Ahora!
Algunos muchachos corrieron, pero otros tomaron cadenas y barras de hierro para enfrentar al intruso. Wolverine no quería lastimarlos, así es que guardó las garras y se dispuso a pelear a puñetazos. Las cadenas se enredaron en sus brazos y tiró de ellas hasta hacer que los muchachos las soltaran. Detuvo con las manos las barras de hierro y las partió en dos. Pero la pelea era demasiado lenta y Wolverine debía despejar el área en diez minutos. La solución se le ocurrió de pronto: correr. Se echó a correr repentinamente, gritando: "Alcáncenme si pueden". Los muchachos creyeron que Wolverine corría por miedo y todos lo siguieron, dejando la fábrica despejada.
Cíclope y Jean se ubicaron en sus posiciones mientras Tormenta y Kitty caminaban hacia el compartimento norte. Kitty ató una soga a su cintura y Tormenta sostuvo el otro extremo. La niña alteró los átomos de su cuerpo y comenzó a descender atravesando la roca del suelo, hasta que llegó a la prisión de las rehenes. Allí se encontraban Melissa y Anne Mary, atadas y amordazadas, cada una tendida en un camastro de metal. Kitty desató las manos de cada una, dejándolas quitarse la mordaza solas, mientras decía:
—No se preocupen. Ya estamos aquí.
Fue solamente un susurro, pero eso bastó para que lo captara el fino oído de Dientes de Sable, que vigilaba a las prisioneras sentado en una silla frente a la puerta de la prisión. Inmediatamente el feroz gigante se levantó y comenzó a quitar los cerrojos de la puerta. Kitty tomó del brazo a Melissa y a Anne Mary, y tiró de la cuerda que tenía en la cintura. En el exterior, Tormenta sintió el tirón y haló de la soga, alzando a las tres muchachas que se habían hecho más livianas que el aire y flotaban fácilmente como globos. Ascendieron tomadas del brazo y penetraron en la capa de roca que formaba el techo del compartimento. Dientes de Sable abrió la puerta y pudo ver los pies de las tres muchachas que desaparecían en el techo. Rugió y corrió a llamar a Magneto.
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Los ojos de Nightcrawler.
FanfictionNightcrawler se ve obligado a enfrentarse con Magneto y está a punto de perder la vida, pero inesperadamente encuentra una amiga que lo ayuda y que no le teme, es más, lo considera hermoso a pesar de su piel azul y de todas sus mutaciones. En menos...