Parte 17: Romeo y Julieta para mutantes

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—¿Qué pasa con Kurt? —preguntó Jean alarmada—. Dijiste que estaba bien.

—Y lo está —respondió Xavier alegremente—. Nightcrawler tuvo un accidente y apareció con su cola unida a la pared de una habitación. Los átomos de su cola se fusionaron con el concreto y no puede liberarse solo, pero será fácil sacarlo de allí con la ayuda de Kitty. Mientras tanto Kurt se encuentra muy a gusto, acompañado por una nueva amiga. Está comiendo hamburguesas y conversando con ella.

—¿La persona que acompaña a Kurt es una mutante? —preguntó Tormenta.

—No, Tormenta —dijo Xavier—. Es una persona común y corriente. Su nombre es Anne Mary Jones y a través de sus recuerdos pude ver que nunca ha sufrido ningún tipo de anormalidad. Sin embargo, siente una gran simpatía por los mutantes y eso nos favorece.

—Eso no es verdad —intervino Jean—. Tuve oportunidad de percibir un poco de la mente de esa mujer, cuando llamó por teléfono. Detecté tanto odio que quedé asustada. Ella debe ser una de esas fanáticas antimutantes.

—No es así, Jean —corrigió el profesor Xavier con una sonrisa—. También pude ver ese momento en los recuerdos de la chica. Lo que tú detectaste fue un sentimiento de odio hacia todas las mujeres que conocen a Nightcrawler. Le dijiste que eras amiga de Kurt y ella te odió, simplemente porque está celosa. A ella le importa un comino que tú seas mutante, lo único que le importa es que no te acerques a Nightcrawler.

Jean rio encantada y preguntó alegremente:

—¿La chica está enamorada de Kurt? ¿Tan pronto?

—¿Acaso es ciega? —interrumpió Wolverine con un desagradable tono despectivo y frío.

Jean y Tormenta lo miraron furiosas y Wolverine continuó hablando con decisión:

—Lamento echar a perder su telenovela, chicas, pero yo no me creo ese cuento del amor a primera vista. ¡Menos aún si se trata de Kurt! ¿Cómo podemos saber si esa tal señorita Jones no trabaja para Magneto? Podría ser una espía.

—Desconfías de ella solamente porque no es mutante —lo acusó Jean.

—Exacto. Desconfío de los humanos y tengo buenas razones para desconfiar. Kurt está poniendo en peligro la seguridad de toda la organización X al pretender tener una novia que no es mutante.

—No puedo creer que digas eso —protestó Jean, indignada.

—Lo siento, Jean, pero en este caso Wolverine tiene razón —los interrumpió el profesor Xavier con tono serio—. Kurt se olvidó completamente de nuestros problemas de seguridad y reveló muchos detalles sobre la mansión X, sobre nuestras instalaciones de seguridad y sobre las características de todos nosotros. Cuando dejé de escuchar su conversación, Kurt estaba contándole a Anne Mary todo lo que sabe acerca de Cerebro.

—¡Genial!!! —gritó Wolverine enfurecido—. Y eso que la conoció esta misma noche. Démosle tiempo y terminará dibujándole un mapa que señale las defensas de la casa. Tenemos que ir a buscar a ese idiota de Kurt y obligarlo a cerrar la boca.

—Pero si ella no es mutante y tampoco es una espía —dijo Jean—, entonces no es tan grave que se entere de algunas cosas.

—Al contrario —explicó el profesor Xavier—. Los X-men están entrenados para resistir un interrogatorio en caso de ser capturados; ella no. La señorita Jones no tiene ninguna preparación y tampoco puede defenderse, porque no tiene poderes mutantes. Si la atrapa alguno de nuestros enemigos, revelará todo lo que sabe.

—¿Tendré que borrar su memoria? —preguntó Jean tristemente.

—Eso deberás decidirlo tú misma cuando la conozcas —contestó Xavier—. Quise discutir este problema en grupo para que cada uno tome conciencia de lo que siente acerca de la amistad entre Kurt y Anne Mary.

—¿Y qué puede importar lo que sintamos nosotros? —reclamó Tormenta, enfadada—. Se trata de la vida de ellos, ¿o no?

—Precisamente ese es el problema, Tormenta: se trata de la vida o la muerte de ellos —dijo Charles Xavier—. Un caso como este no se había dado nunca antes y seguramente va a provocar indignación entre los fanáticos antimutantes. Acusarían a Anne Mary de estar traicionando a la raza humana y, por otro lado, Magneto vería esta relación mixta como una amenaza: eso echaría a perder todas sus pretensiones de superioridad mutante.

—¿Y te preocupas por lo que va a decir Magneto? —preguntó Wolverine alarmado—. Eso no es nada comparado con lo que pueden hacer otros terroristas. ¡Mística se va a poner amarilla cuando se entere de esto!

—Mística odia a todos los humanos y no comprende razones —dijo Cíclope con pesar—. Seguramente ella también va a pensar que Kurt está traicionando a todos los mutantes.

—Algunas personas acostumbran reaccionar violentamente cuando un hombre y una mujer de distinto color se enamoran —dijo Xavier—. Imagínense lo que puede suceder si dos personas de distinta especie deciden casarse. ¡Sería un escándalo! Kurt es un mutante que no puede ocultar sus mutaciones y Anne Mary es completamente humana. Ambos forman parte de dos grupos armados que se están enfrentando a muerte. Ni los terroristas de Magneto ni los fanáticos antimutantes querrán dejarlos en paz y, por lo tanto, debemos tratar de protegerlos. Debemos olvidar nuestros prejuicios. Todos aquí sabemos cómo terminó la historia de Romeo y Julieta y no queremos que se repita.

—Ni de broma —aseguró Wolverine con decisión—. No soporto las tragedias en el televisor y mucho menos voy a soportar una en nuestra propia casa.

Dio media vuelta y caminó hasta la puerta del salón Cerebro, advirtiendo con rabia:

—Voy a traer de vuelta al Romeo con cola y a explicarle que no puede tener amigas humanas. ¡Y no me culpen si le doy una buena patada por bocón!

—¡Eso si es que lo alcanzas! —dijo Cíclope burlonamente—. Kurt es cien veces más rápido que tú.

—Por eso quiero agarrarlo ahora que está pegado a la pared —replicó Wolverine justo antes de cruzar la puerta y desaparecer.

—Voy por Kitty —dijo Jean, sintiéndose más cansada que nunca, y salió del salón Cerebro seguida por Cíclope.

—¿Y qué pasará con Nicky? —preguntó Tormenta, mirando al bebé que dormía en brazos de Xavier.

—No podemos hacer nada hasta que el viejo Boa aparezca otra vez —respondió el profesor X—. Mientras tanto mantendré al bebé Boa dormido o entretenido con alguna alucinación.

—Cuando regrese me gustaría saber cuándo y cómo conociste a Boa —dijo la mutante de largo cabello blanco, despidiéndose y caminando hacia la puerta.

Los ojos de Nightcrawler.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora