Esa misma mañana, cuatro hermanas de la congregación de Santa Marta habían llevado a un grupo de niños a un parque cercano.
Mientras los niños corrían entre los árboles, las cuatro religiosas se reunieron en un lugar sombreado y comenzaron a hablar de sus asuntos. Entre ellas estaba la hermana Christina, que era fácil de distinguir por su elevada estatura y por su cara de bruja.
Pronto aparecieron dos personas que parecían estar de paseo. Uno de ellos era Magneto: alto, de pelo cano y cuerpo atlético a pesar de su edad. Vestía un traje sencillo que le quedaba muy bien y se había librado del casco metálico que llevaba cuando actuaba como líder de los terroristas. Esa mañana Magneto deseaba verse como un ciudadano común y corriente y lo estaba consiguiendo sin ningún esfuerzo.
Lo acompañaba su más fiel servidora: Mística, que era una mutante metamorfa. Ella podía cambiar de forma a voluntad, duplicando la figura, la ropa y la voz de cualquier persona. En esta oportunidad, Mística se veía como una simpática anciana acompañada por un gentil caballero. Nadie se fijó en ellos cuando se dirigieron a una banca lejana y se sentaron a mirar cómo jugaban los niños.
—La más alta de esas mujeres es la mutante que tanto hemos estado buscando —dijo Magneto, haciendo una disimulada indicación hacia las cuatro religiosas, que conversaban a una buena distancia y no podían oírlos—. Nuestros informantes detectaron cosas raras sucediendo en torno al orfanato de Santa Marta: objetos que aparecían y desaparecían en las calles circundantes. Anoche Sapo entró en el orfanato para identificar al mutante y vio que las cosas aparecen junto a ella. Todavía no sé qué tipo de poder tiene. Es una especie de magnetismo combinado con teletransportación. Pero es tan poderosa que atrae todo tipo de objetos. Sapo dijo que la vio mover una armadura medieval de gran tamaño.
—Muchos mutantes se esconden en las iglesias para ocultar su mutación —dijo Mística preocupada—. Si tanto desea esconderse, será difícil sacarla de allí.
—Eso es lo mejor de todo —contestó Magneto con una sonrisa—. Ella no sabe que es una mutante. Sus poderes comenzaron a manifestarse hace apenas un par de meses y ella cree que son cosa del diablo.
—En ese caso debemos asustarla más. Debemos amenazarla con las penas del infierno para que venga con nosotros. Lo mejor será que yo tome la forma de un sacerdote. Eso la impresionará.
Todavía con su apariencia de una dulce anciana, Mística se puso de pie y caminó hacia un arbusto cercano. Se ocultó detrás de las frondosas ramas y en cuestión de segundos su cuerpo se deformó hasta adquirir su apariencia real: una hermosa mujer de piel azul y cabello rojo. Pero no permaneció mucho tiempo así: enseguida volvió a cambiar, tomando la apariencia de un sacerdote católico. Incluso su ropa había cambiado y ahora lucía una sotana negra de cuello blanco. Llevaba una Biblia y un rosario en las manos. Abandonó la protección del arbusto y regresó a la banca de metal, donde esperaba Magneto.
—¿Cómo me veo? —preguntó tranquilamente e incluso su voz era la de un hombre.
—Perfecta —dijo Magneto—. Pero no te acerques a esa monja todavía. Sospecho que tendremos la oportunidad de ver una demostración de sus poderes. Siéntate aquí y mira lo que está por pasar.
—¿Cómo sabes que algo está por pasar? —preguntó Mística mientras tomaba asiento.
—¿Ves a la niña que lleva un bebé en los brazos? Ese bebé irrita a la hermana Christina, nuestra mutante. Sapo me informó que, cada vez que el niño llora, la monja se desespera y comienza a traer objetos raros. El bebé acaba de comenzar a llorar y sospecho que la hermana Christina va a descontrolarse.
Efectivamente, Melissa y Nicky se encontraban entre los niños que habían ido al parque ese día. Y repentinamente Nicky había comenzado a llorar.
—¡Haz que se calle! ¡No lo soporto! —gritó la hermana Christina, caminando a grandes pasos hacia la banca donde estaba sentada Melissa con el niño sobre sus piernas.
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Los ojos de Nightcrawler.
FanficNightcrawler se ve obligado a enfrentarse con Magneto y está a punto de perder la vida, pero inesperadamente encuentra una amiga que lo ayuda y que no le teme, es más, lo considera hermoso a pesar de su piel azul y de todas sus mutaciones. En menos...