Los ojos de Nightcrawler.

Parte 33: El resultado de la lucha

En la mansión X se encontraba Charles Xavier tratando de percibir algo de lo que estaba pasando en la Fábrica de Mutantes. Los niños dormían y Charles estaba solo. Aun así no lograba percibir ni el más pequeño pensamiento, porque su intento de ayudar a Nightcrawler lo había dejado con muy pocas fuerzas.

De pronto una luz intensa llenó toda la sala de entrenamiento y Boa apareció junto al profesor X.

—¡Es una emergencia! —dijo Boa—. Están atrapados en el avión y Magneto los está haciendo descender. Debes ir a neutralizar los poderes de Magneto.

—No puedo hacerlo —contestó Charles—. Traté de neutralizar tus poderes y quedé agotado.

—Entonces tendremos que despertar al señor Wagner y regresarlo a la normalidad.

Boa se dirigió a la sala de observación donde dormían los niños y penetró en ella tan fácilmente como si las paredes no existieran. Tocó al pequeño Nightcrawler en el hombro y lo hizo despertar. Luego trajo de algún lugar del tiempo el uniforme de Nightcrawler y dijo:

—Regresa a tu edad cronológica.

Una brillante luz envolvió al pequeño niño azul y un segundo más tarde Nightcrawler creció y se desarrolló hasta alcanzar las dimensiones de un hombre adulto, rasgando su ropa de bebé a medida que crecía. Por un momento Nightcrawler se sintió alarmado y se cubrió con las manos, ya que estaba desnudo. Boa le entregó su uniforme y pudo vestirse, mientras Boa le explicaba la situación. Finalmente, Nightcrawler dijo:

—No podré derrotar a Magneto. La última vez que lo enfrenté casi me mata. ¿Por qué no lo enfrentas tú? Eres mucho más poderoso que todos nosotros.

—Yo no puedo cambiar el presente, no pertenezco a esta dimensión ni a este tiempo. Nicky puede cambiarlo, pero no sabe cómo —explicó Boa—. Tú eres nuestra única alternativa. Debes pensar en una forma de neutralizar a Magneto.

—Un momento —dijo Nightcrawler—. Hay una forma. Creo que podré hacerlo.

Charles leyó su mente y quedó espantado.

—No puedes hacer eso —le advirtió—. No estás seguro del resultado. Te arriesgas a que mueran ambos.

—No lamentaría la muerte de Magneto. Si hubiera pensado en esto antes, lo habría usado contra Mística.

Y sin perder más tiempo desapareció iniciando el viaje de teleportación hacia la Fábrica de Mutantes.

XXX

Magneto hizo descender la nave una vez más y el Ave Negra se posó en tierra. Mística y Dientes de Sable saltaron sobre el fuselaje y trataron de encontrar una entrada mientras el avión seguía inmóvil.

En ese momento apareció Nightcrawler en el avión y tomó las manos de Kitty.

—Pequeña mía —le dijo—, necesito tu ayuda una vez más.

Y susurró en su oído el plan que tenía pensado. Luego se acercó a Anne Mary, que seguía inconsciente, y la besó en la boca, susurrando:

—Te amaré por siempre. —Tomó nuevamente la mano de Kitty y le advirtió—: Ya debemos irnos.

—Espera un momento —gruñó Wolverine—. No vas a exponer a la niña...

Antes de que Logan terminara de hablar, Kurt desapareció llevándose a Kitty.

Aparecieron los dos bajo el avión, lejos de Mística y Dientes de Sable, que caminaban sobre el fuselaje, pero cerca de Magneto, que extendía sus manos hacia el Ave Negra para mantenerla en tierra.

—Ya sabes qué hacer —dijo Nightcrawler.

Kitty corrió directamente hacia Magneto.

Al mismo tiempo, Kurt se desapareció y se teleportó al lugar que ocupaba Magneto. No delante ni detrás de él, sino justamente dentro de él, en su mismo espacio. Apareció fusionado con Magneto, formando un ser monstruoso, con la cabeza de Nightcrawler emergiendo del hombro de Magneto, los brazos de Nightcrawler asomando bajo los brazos de Magneto y las piernas azules de Kurt sumándose a las piernas de Magneto para formar un extraño ser de cuatro piernas, cuatro brazos y dos cabezas. Pero lo peor estaba en el interior de su pecho, donde los pulmones de Kurt aplastaban los pulmones de Magneto y los dos corazones se golpeaban uno contra otro. Ninguno de los dos podía respirar y habrían muerto asfixiados si no fuera porque en ese momento llegó Kitty, tomó las manos de Kurt, descompuso la formación de sus átomos y lo sacó fuera del cuerpo de Magneto.

El líder de los terroristas cayó al suelo de rodillas, mientras Kurt, también de rodillas, tomaba todo el aire que podía.

—Eso duele —dijo jadeando el mutante azul y en ese momento Magneto cayó hacia atrás, desmayado.

—¿Está muerto? —preguntó Kitty asustada.

—No lo creo. Debe ser el shock de la fusión. Él no se esperaba semejante cosa y lo impresionó más que a mí.

Tomó la mano de Kitty y regresaron al avión justo en el momento en que Mística y Dientes de Sable llegaban para socorrer a Magneto.

Dentro del Ave Negra, Jean había tomado los controles después de dejar a Tormenta sentada y asegurada en uno de los asientos, pues la mutante del clima todavía no había recuperado el conocimiento. Jean vio que todos estaban a bordo y que los intrusos habían bajado del fuselaje. Puso en marcha el Ave Negra y se alejó de la Fábrica de Mutantes a toda velocidad.

Su misión estaba cumplida; habían rescatado a las rehenes y les habían permitido llegar hasta el Ave Negra para salir de allí. Por desgracia, Anne Mary estaba en malas condiciones y fue preciso dejarla en el hospital. Cíclope, Wolverine y Nightcrawler se quedaron a custodiarla y el resto del equipo regresó por fin a la mansión X.

XXX

Xavier los esperaba en la sala de entrenamiento, frente a la ventana de la sala de observación, donde el pequeño Nicky 2 dormía todavía.

—No hemos podido traer a Anne Mary —informó Tormenta al entrar seguida de Jean, Iceman, Rogue, Kitty y Melissa—. Está en el hospital conectada a un tubo de oxígeno. Está inconsciente.

—¿Se va a recuperar? —preguntó Xavier preocupado.

—Los doctores no pueden decir cómo evolucionará —respondió Jean—. Su cerebro quedó privado de oxígeno durante mucho tiempo. Es posible que el daño sea permanente.

No les quedó más remedio que esperar noticias, rogando al Cielo queestas fueran favorables. Los cielos cubiertos de nubes se descargaron en unalluvia torrencial y ese día ya no hubo más actividades para los X-men.