Parte 8: El ataque de Magneto

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El casco vikingo volvió a levantarse y voló hacia ellos. ¡BAMF! Nightcrawler desapareció llevándose a las tres personas con él y el pesado proyectil de hierro sólo atravesó la nube de negro humo que quedó en su lugar.

¡BAMF! Nightcrawler, la madre Encarnación, Melissa y Nicky aparecieron en el pasillo del segundo piso. Kurt trató de sacar su comunicador otra vez y descubrió que no lo tenía. Seguramente se había caído sin que lo notara. Incluso era posible que el mismo Magneto lo hubiera atraído con su poder. Kurt no podía llamar a la mansión X y tenía que enfrentarse con un mutante mucho más poderoso que él.

—¿Tiene teléfono celular? —le preguntó a la madre Encarnación.

—Aquí lo tengo —contestó la monja, sacando el aparato del bolsillo de su hábito.

—Escuche: Magneto produce una nube de interferencia que inutiliza los teléfonos. Yo tenía un comunicador que podía atravesar esa nube, pero lo he perdido. Ahora dependemos de los teléfonos para pedir ayuda. En cuanto Magneto se aleje, debe llamar al profesor Xavier y comunicarle lo que está pasando. Yo trataré de alejarlo mientras ustedes se esconden.

¡BAMF! Nightcrawler desapareció dejando solamente el humo negro de la teleportación. La madre superiora y los niños subieron por las escaleras mientras Nightcrawler aparecía con un fuerte chasquido en el centro del callejón. Inmediatamente un contenedor de basura se levantó y se abalanzó sobre él. Kurt saltó hacia un lado y esquivó el contenedor, que fue a estrellarse contra el muro del orfanato. Desde su nueva ubicación, Nightcrawler pudo ver a Magneto flotando a dos metros de altura.

En lugar de atacar otra vez, Magneto comenzó a arrancar los barrotes de hierro que cubrían las ventanas, convirtiéndolos en pequeñas esferas de metal, como canicas. Nightcrawler se teleportó y apareció exactamente detrás de Magneto. Lo abrazó y su peso hizo que el líder de los terroristas cayera al suelo. Magneto se revolvió ágilmente y logró alejar a Nightcrawler. Estaba furioso. Puso tres esferas de mental a girar en torno a su cuerpo, impidiendo que Kurt Wagner se le acercara otra vez. Nightcrawler pensó en alejarse para que Magneto lo siguiera, pero no alcanzaría a ir muy lejos, ya que sólo podía teleportarse a un lugar que hubiera visto con anterioridad.

Los únicos lugares que había visto en esas calles eran el interior del orfanato y la azotea del edificio del frente. Se teleportó a la azotea y corrió hacia el borde del edificio para asegurarse de que Magneto lo seguía. Su truco dio resultado: el líder de los terroristas lo divisó en el edificio del frente y voló hacia allá, pero no venía solo. Había arrastrado tras de sí los barrotes de las ventanas, los contenedores de basura y hasta un par de automóviles, convirtiéndolo todo en pequeñas esferas de metal. Y con un rápido movimiento de su mano, las esferas rodearon a Nightcrawler.

Un segundo grupo de esferas llenó el callejón y la calle. Y un tercer grupo penetró por las ventanas del orfanato, dirigiéndose seguramente hacia la oficina y los pasillos. Era una trampa especialmente diseñada para un mutante telepotador. Nightcrawler no podía teleportarse a ningún lugar conocido, pues corría el riesgo de aparecer con el cuerpo lleno de esferas, que atravesarían sus órganos vitales y serían tan letales como balas.

Levantó las manos intentando rendirse, pero Magneto no le dio esa oportunidad. El líder de los terroristas chasqueó los dedos y las esferas se convirtieron en afiladas púas, todas del tamaño de gruesos clavos y todas apuntando hacia Kurt. Con otro chasquido de los dedos de Magneto, las púas se pusieron en movimiento y volaron hacia Nightcrawler. Una de ellas pasó rozando su hombro derecho y desgarró la tela del abrigo. Otras avanzaron hacia su pecho con mortal precisión. Nightcrawler no tuvo alternativa. ¡BAMF! Se teleportó sin saber a dónde iba, tratando sólo de llegar lo más lejos posible para aparecer más allá de la nube de púas que lo rodeaba.

Su límite de teletransportación estaba fijado en tres kilómetros y más o menos a esa distancia logró desplazarse. Sin embargo, mientras se teleportaba pudo percibir que iba a aparecer dentro de una pared de concreto y entonces supo que iba a morir.

Aterrado, lo único que alcanzó a hacer fue cerrar los ojos.


Los ojos de Nightcrawler.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora