Capítulo 23

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~Oran White Jackson~

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~Oran White Jackson~

—Aquí vamos —me hablo a mí mismo antes de abrir la puerta de su oficina —. Lamento interrumpir Aaliyah, pero tengo algo muy importante que decirte... Yo... Bueno, es que quería saber si... ¿Querrías ir a cenar hoy?

—¿Estás invitándome a una cita? —dice y se me olvida que se supone que no sé lo que pasó entre ella y su ex-novio.

Eres un tarado.

—Una salida entre amigos, en realidad —sonrío nervioso, pero ya sabía que esto no sería fácil —. Aunque si no quieres esta bien.

Tiene una expresión neutra y parece pensarlo. Seguramente dirá que no.

—¿Una cena? Bien, pero que ni se te vaya a ocurrir hacer algo que no debas —me acusa con el dedo y solo río por eso.

Hija de puta, lo ha hecho sabiendo que gusto de ella. Aunque creo que es más que obvio.

Es hora de almorzar así que salimos de allí.

Me pongo detrás de ella y le abro la puerta para que salga.

Camino hasta dejarla a tan solo unos pasos delante de mi, la puedo ver en esa ajustada falda que me deja ver su sexy trasero.

Ambos nos reflejamos en el cristal de la puerta del comedor y la veo sonreír con superioridad al atraparme viéndola. Sus ojos brillan por su gran ego, que acabo de aumentar, gracias a que mis ojos no se pudieron despegar de su trasero. Separo la vista de su trasero y camino hacia la mesa donde ella ya se sentó. Sus ojos son curiosos y puedo ver en su rostro que quiere restregarme que me encontró con las manos en la masa. Sus manos se mueven y hacen algo que no me esperaba; al ser los de máximo cargo tenemos un comedor solo para nosotros y ella aprovecha eso para meter su mano en mis pantalones.

—Alguien está despierto y listo —me mira directo a los ojos y, pese al placer que siento por la manera en que mueve su mano sobre mi pene, yo la observo sin entender por qué hace lo que hace.

—Unos minutos atrás estabas diciendo que no hiciera nada que no debiera. ¿Por qué tú si puedes hacerlo? —digo dejando que mi curiosidad arruine el momento —. ¡Oye! Eso no quería decir que te detuvieras.

Tenemos que separarnos al escuchar pasos cerca y pienso en que debo decirle a Alvin, el de mantenimiento, que mejor ponga pared en vez de cristal. Eso nos habría servido de mucho en momentos como éste, por ejemplo.

~×~

—¿Puedes al menos fingir que sí te gustó? —pregunto —. No sabía que no comías Foie gras. De haberlo sabido habría ordenado pizza —rodé los ojos ante su paladar tan poco refinado. Cualquiera debería poder disfrutar de un manjar como éste.

Nunca había conocido a nadie que no disfrutara de un buen trozo de hígado recién preparado por un magnífico chef como yo, hasta que llegó Aaliyah. Ella y su pésimo gusto culinario.

Chantaje #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora