~Narrador omnisciente~
Aaliyah Turner se ruborizó.
Sonrió nerviosa. Oran White se frotaba las manos.
—¿Que carajos es todo esto? —dijo y su esposo se rió al oírla maldecir, algo tan común en ella —. No entiendo, ¿que es esto?
—Aaliyah Turner Green ¿quieres ser mi esposa? —cuestionó arrodillándose.
«¡La puta madre! ¡Por supuesto que sí!» pensó Aaliyah, aunque no lo dijo.
—O no...
Aaliyah se dio cuenta de que no había respondido y se abalanzó sobre Oran, asintió frenéticamente y se besaron. Estaban bien nuevamente.
—Oigan, ¿ustedes no estaban casados ya? —preguntó una muy confundida Heaven a lo que la pareja rió.
La novia sonrió enseñando su perfecta dentadura y le explicó a su amiga que era más un acto simbólico de estar bien entre ellos.
—¡Aw! Que tiernos son.
«Jamás describiría a mi hermana como alguien tierna» aseguró Judith en su mente, aún feliz de que ellos hubieran resuelto sus problemas.
La atención se la había llevado la, ahora, feliz pareja, así que, sin que nadie lo esperara, apareció Uriel con un invitado no muy bien recibido.
—¿Una fiesta? ¿Y no me invitaron? —dijo el hombre haciendo un puchero y al ver la ira emanar del rostro de su antigua jefa dejó escapar una carcajada amarga —. Aaliyah Turner Green, la más grande espía de su generación. Ahora no eres nada más que una triste imitación de lo que alguna vez fuiste.
La joven se echó a reír, viniendo de alguien doble cara como lo fue Charlie, ese comentario no tenía importancia para ella.
Unió sus manos y se preparó para golpearlo. ¿Quién se creía para presentarse en su propio territorio?
—Lamento no traer regalos, no sabía del compromiso. Felicidades, White, has domado a una bestia —comentó a sabiendas de que todos los presentes se iban a molestar con aquello.
—Recuerda que estás en desventaja, traidor. Yo en tu lugar cerraría la boca antes de que te de una buena paliza.
Un recuerdo atormento al desertor...
No sabía que Aaliyah pudiera ser tan cruel, pero parecía que era su naturaleza. Con cada golpe que le daba a su oponente ella se alegraba de ello, eso le daba miedo, porque si algún día fallaba el lastimado podría ser él. Así que se prometió siempre ser el vencedor.
Todo lo que Aaliyah le había enseñado aún formaba parte de él, pero se hacía creer que no.
Olvidó una sola lección: jamás subestimar a tu contrincante, pues era justo lo que hizo en ese entonces y lo que seguía haciendo. Lo cual tendría que recordar antes de que Aaliyah pudiera tomar ventaja de eso y fallar en su cometido.
La realidad fue devuelta a Charlie cuando un golpe limpio de su antigua maestra se estrelló justo en su mandíbula, fue así como el distintivo saber de la sangre llenó toda su boca, sin embargo no le daría la satisfacción de saber que le había herido más de lo que pretendía, por lo que tomando los restos de su ego dijo...
Un saludo enorme, Zabeth_Bany.
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Chantaje #PGP2023
Adventure-De verdad quisiera no haberte conocido, porque la herida más grande fue tu amor.