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~Fawke Smith Thomas
A pesar de que pasamos una velada maravillosa, me sentía mal por lo que había hecho.
Sigo a mi novia hasta la puerta de su departamento, vamos a despedirnos.
—Ojalá hayas disfrutado la cena porque la próxima semana voy a estar muy ocupada —murmura.
—Muy bien, buenas noches —me despido de ella con un beso en su cabeza. Me siento culpable por haber hecho ese gesto que significa protección.
¿Tan hipócrita soy? Diciendo indirectamente que estaré allí para cuidarla cuando pretendo serle infiel en unos días. Eso es caer bajo.
—Adiós —suelta mi mano delicadamente y cierra su puerta.
Camino hacia el ascensor y bajo hasta el parqueo donde enciendo mi Lamborghini y conduzco a mi casa.
~×~
—Irías por mí ¿por qué no llegaste?
—Lo siento, amor, lo olvide —le sonrío —. En la noche podemos compensar y de paso divertirnos un poco, ¿que dices? —la tomo de la mano y la acerco a mí.
—Siento interrumpir. Señorita Turner, el señor White la necesita.
A partir de eso sé que la perdí porque irá a trabajar y ya no seguiremos esta conversación.
—Parece que tienes trabajo que hacer. Mejor ya no te quito el tiempo, Aaliyah —suelto su mano y ella parece no percatarse de la molestia en mi tono de voz.
—Al llegar a casa seguimos hablando —dice empezando a caminar con la chica que nos interrumpió.
Ajá, si es que llegas a casa.
—Adiós.
—Había olvidado que hoy trabajo hasta tarde, amor. No podré verte, lo siento —sonríe a medias y asiente, sabía que entendería. Ella había organizado esta otra cena, pero estaba molesto con ella como para asistir.
Mientras la reina oscura se volvía más apacible cada día, me quedaba en claro que sería muy difícil que volviéramos a nuestro trabajo habitual, y lo extrañaba. En uno de los muchos sábados que estafamos juntos, le propuse ser mi novia y desde allí pensé que nada cambiaría, pero parece que me equivoqué.
En ese momento salgo de allí.
—Ya no quiero ni comer. ¿Qué me pasa? —me digo a mí mismo.
—Alguien tiene un muy mal humor, se puede saber por qué.
—Eso no te incumbe.
—Intenta calmarte.
Paso la siguiente media hora hablando con una completa desconocida de nombre Shelley, es una chica totalmente desagradable, pero interesante. Luego salgo de allí.
~×~
Más tarde...
—Un blind lemon para la señorita, yo invito.
—¡Oh, no! ¿Como crees? Yo puedo pagar mi trago —coloca el dinero.
Se hace la difícil.
—No, yo insisto. Soy Octavius Black, un gusto —en este trabajo no puedes usar tu nombre real.
—Ya que insistes. Yo soy Nisha Wayne.
Nisha es una mujer algo irritante, aunque no estoy muy seguro de si en verdad lo es o solo sigo molesto. Tras un par de tragos más consigo caerle bien y seguir con el trabajo.
~×~
—Me gustaría invitarte a la habitación del hotel donde estoy —le susurro al oído, así salimos del bar.
Solo cae.
—La verdad es que me estás poniendo duro —declaro.
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