Chantaje #PGP2023

Capítulo 53

~Aaliyah Turner Green

Si hubiera sabido que se pondría como una puta niñita que le teme a la sangre mejor no la hubiera traído.

—¿Lo puedes superar? Heaven, es solo un cadáver, carajo.

—¡¿Así que te parece normal?!

—Intentaré calmarla yo — la dejo con su amiga y otro recluta. Sigo con el camino.

—Una compañera no te vendría mal.

Sí, si la necesitara.

—¿A quien crees que estás cuidando? —Disfrutaba recalcar qué no necesitaba que me protegieran.

Katy no dijo nada más y continuamos subiendo las escaleras.

—¿Están allí? ¿Escuchan?

—Si.

—Uriel nos pidió que les dijéramos que en el quinto piso parece haber alguien. Pero pidió que sólo subiera la jefa —dijo un miembro del equipo Omega a través del pequeño auricular que teníamos en la oreja y que nos comunicaba con todos los del equipo élite —. Estamos esperando a que nos indique cómo proceder.

—Estás loca si pretendes ir sola —dijo.

Realmente sí estoy demente, pero eso ya lo sabía.

Respiro profundo y tal como todos pidieron, di la orden de que esperarán a mi sub-comandante y dejé que Katy me acompañará solo hasta el siguiente piso.

~Fawke Smith~
Días antes...

Encontré su punto débil.

—Estaba seguro de que conseguiría que hablaras —hable con certeza.

—¡Odio haberte conocido y permitirte salir con mi hija! ¡Eres un mal nacido! ¡Escoria! —gritaba, tratando de hacer que me molestara.

~×~

~Orchid Green~
Días atrás

Tengo cierto miedo de que podría hacerle Fawke a mi pequeña, aún sabiendo que ella no tiene nada que ver en este problema. ¿Podría ser igual a mi y ceder ante él miedo de perder a su familia?, solo esperaba que ese no fuera el caso.

—Estaba seguro de que conseguiría que hablaras.

Te voy a matar, Fawke.

—¡Odio haberte conocido y permitirte salir con mi hija! ¡Eres un mal nacido! ¡Escoria!

—Igual habría salido con ella con tu permiso o sin el —afirmó poniendo a límite mi paciencia y haciéndome perder el control.

—Aaliyah fue más inteligente. Por eso se casó con alguien mejor que tú.

Sentí ardor en mi rostro: Fawke me había golpeado, pero no importaba, lo que sí lo hacía era que había conseguido lo que quería. A él aún le importaba el amor de Aaliyah.

—¡Oran es mucho más hombre que tu! ¡Él jamás le habría hecho esto a la mujer que ama! —otro golpe.

Ella sigue siendo su debilidad.

—Una vez más Oran demostró ser más competente que tú.

De vuelta al presente...
~Uriel Estrada~

Rara vez le desobedezco a Aaliyah, pero esta vez necesitaba hacerlo, necesitaba separarme de mi equipo. Justo hoy me había despertado solo, sin ella a mi lado y con mil dudas que tenía que responder, me sentía usado, pero mi lealtad hacia ella no había cambiado y por eso seguía haciendo mi trabajo.

Espero que no sea quién creo que es...

~Aaliyah Turner Green~

Luego de llegar al cuarto piso, mi compañera y yo nos separamos, caminé sola hasta donde Uriel me había pedido llevar y lo encontré esperándome.

Me acerque a él —¿En donde está lo que quieres que vea?

Debería ser algo muy serio para que no hubiera dejado subir al equipo.

—Espero haberme confundido, pero creo que quien está tras esa puerta es tu madre —dijo de forma lenta, aunque no importaba como lo dijera no tenía sentido. ¿Mi madre? ¡Ella estaba de vacaciones!

—No lo creo, Estrada. Mi madre no está en el país y de estarlo no estaría en una bodega de mala muerte con un delincuente de alto nivel, ella estaría en una playa presumiendo sus lujos y acostandose con cualquier veinteañero que se le ponga enfrente —comenté —. Obvio, te confundiste.

Ladeé la cabeza y no podía creerlo: ¡sí era mi madre!

—¡Mierda! ¡Si es mi mamá!

—Aaliyah hay que sacarla de aquí —toma su arma y se pone de pie.

Hago lo mismo que él, con mil dudas en la cabeza entramos a la habitación donde está mi madre atada a una silla y con tan pocas fuerzas que parece estar muerta, pero no lo está.

—Esto no fue un fracaso después de todo —comienza a desatar las cuerdas que tiene en las manos y yo le doy una mirada agradecida.

—Uriel... Gracias por todo.

—Oigan, ¿que hacen? ¡Sueltenme! ¡Déjenme en paz! —exclama mamá, pero su voz es casi nula.

—Soy yo mamá, soy tu hija. Tranquila, voy a sacarte de esta pocilga, estás a salvo —le susurro y ella parece reconocerme porque me abraza y estalla en llanto.