XXXIV

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3 4 | MISTERIOS DEL AMOR

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3 4 | MISTERIOS DEL AMOR

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-¿Soph? ¿A donde vas? ¿Y en camisón?- pregunto Thomas, y ahí la nombrada notó que estaba en camisón.

-Yo...- balbuceo nerviosa.

-Soph, necesito hablar, ¿Crees que podemos luego de que te vista o ahora si deseas?- le pregunto Thomas pero Sophie negó, no iba a cometer una estupidez de nuevo.

-Lo lamento tanto Thomas pero necesito irme.- dijo Sophie y iba a seguir con su camino cuando nuevamente fue detenida.

-Es sobre nuestro compromiso.- aquellas cuatro palabras hicieron que se detuviera abruptamente.

-¿Que pasa con eso?

-No creo que se haga.... Digo, estos días que llevó aquí me e dado cuenta que son muy diferente de los cuales eran en las vacaciones... antes de que llegara Gilbert.- dijo Thomas, todo aquello hizo que Sophie se acercara al chico.

-¿Que tratas de decirme?- le pregunto, realmente estaba lenta el día de hoy.

-Me refiero que me he dado cuenta que no me amas, o no como yo lo hago o como tu amas a Gilbert Blythe. Debí darme cuenta de todo aquello antes de proponerte que nos casemos.

-¿Que tratas de decirme?- pregunto nuevamente y Thomas suspiro.

-Nuevamente, me refiero que no nos podemos casar si no hay amor o un amor igualitario. Se que a quien amas de verdad es a Gilbert y se que el esta con otra chica y que desea pedirle matrimonio...- decía y Sophie lo interrumpió.

-¿Como sabes aquello? ¿Cómo sabes que le va a pedir matrimonio?

-Gaby llego temprano en la mañana y me lo contó... pero aquello no importa ahora, lo que si importa es que debes detenerlo, debes ir detrás de el.- dijo Thomas, todo aquello Sophie no se lo esperaba, tanto así que entró en un shock.- ¡Sophie! ¡Debes ir donde Gilbert antes que le pida matrimonio!

Aquel grito hizo que reaccionará y empezara a correr.

-¡Sophie! ¡Espera!- nuevamente se detuvo y nuevamente por Thomas.- Ten, tal vez ya no sea tu esposo pero no puedo permitir que salgas así.- aquello hizo que Sophie soltará una risita, tomará la manta y empezará a correr.

-¡Gracias! ¡No sabes cuanto te lo agradezco!- grito mientras corría y al mismo tiempo se ponía la manta sobre sus hombros.

Nuevamente Sophie se sorprendió a si misma, llego al establo en uno minuto o dos, ahí alisto todo y cabalgo hacía la casa del chico que prácticamente la hacía hacer tontearías, como salir en camisón. Ya en la puerta, tocó de esta con rapidez. Y esta fue abierta por una mujer de color.

𝐏𝐑𝐎𝐌𝐈𝐒𝐄𝐒 | 𝐠. 𝐛𝐥𝐲𝐭𝐡𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora