LIBRO #1 de la Bilogia "SECRETOS ASESINOS"
-Eres mi esposa- él me sostuvo de la muñeca mientras caminaba hacia la puerta. -Nosotros debemos seguir juntos, lo prometiste.-
-¿Desde cuando?- me quede inmóvil -¿Desde cuando soy importante para ti? Cu...
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Kate...
Escuche sus gritos, pero me obligue a no voltear. Había sido demasiado tarde para nosotros y ya no teníamos vuelta atrás. No habría una segunda oportunidad para nosotros. No cuando me habia roto de tantas maneras que ya no sabia como volver a armarme.
Lo habia amado mas que a mi propia vida, pero ya era hora de que priorizara lo poco que quedaba de mi.
—¿Dónde? —Jay volvió a preguntar mientras veía correr a Will detrás de la limusina en la que me alejaba.
—Srta. Kate —me llamo nuevamente y me gire a verlo —¿Dónde vamos?
Mi móvil sonó mostrándome un mensaje del dueño del estudio el cual Diana me había nombrado anteriormente ese día. Abrí el chat y leí el contenido.
"Querida Kate:
Se que tu asistente me dejó más que claro el motivo de tu negación a regresar a trabajar pero como tu profesor de universidad y luego tu mentor, quiero decirte que me sentiría muy honrado de que vuelvas a trabajar y más conmigo. Siendo una maravillosa abogada especializada en casos de familia y en lo penal, quiero que puedas ser tú quien ayude a un cliente que está pasando un mal momento"
Me quedé viendo el mensaje por un momento, mientras el coche estaba detenido en el semáforo. No supe de donde salieron las ganas pero me arrepentí y me gire a ver a Jay. —¿Aun tengo el apartamento en el que vivía cuando estaba soltera? —asintió —Dile al chofer que nos lleve allí y a Diana, qué llame al estudio jurídico, aceptare el puesto.
—¿Está segura?
—¿Crees que he perdido el toque? —lo mire desilusionada —Ha pasado un tiempo, lo se.
Él negó —usted está más que calificada, pero creo que debería tener unos días de descanso.
Recosté mi cabeza en el asiento y cerré los ojos, Jay tenía razón, necesitaba descansar unos días, o tal vez un mes. Al llegar al edificio, primero entró mi guardaespaldas y luego lo seguí, ya dentro me quité los tacones acercándome a la nevera.
—No hay nada —sonreí —era de esperarse.
—¿Quiere que mande a comprar algo para usted?
—No, iré mañana al mercado.
Asintió —Entonces mañana vengo por usted, se quedarán dos personas fuera —camino de nuevo a la puerta.
—Jay.
—¿Si?
—Gracias por quedarte conmigo, se que en un principio Will te contrato para cuidarme pero agradezco que hayas decidido seguir conmigo después de que me fui.
—Kate, en la vida uno elige a quién servir. Y estoy seguro de que hice la elección correcta —sonrió —hablé con su abogada, la espera el jueves para continuar con el divorcio. Tiene la primera reunión con su ex.
