Sebastián...
Por suerte había llegado justo a tiempo para sacarla de ese lugar donde Will la estaba tratando de manipular. Aunque hubiera deseado hacerlo antes y evitar que ella derramara lagrimas a causa de ese hijo de puta.
Nos encontrábamos fuera del café, uno al lado del otro. Kate ni siquiera me miraba, solo mantenía la cabeza gacha mientras suspiraba y al parecer intentaba dejar de llorar.
-¿Donde te llevo?-luego de insistirle, termino cediendo al subir a mi coche. Me metí en el asiento del conductor mientras veía de reojo como se colocaba el cinturón, Kate tenia la vista fija en la carretera.
-Kate- volví a llamarla
-Perdona- sonrió con tristeza -a mi apartamento, sabes donde es-
-Si-
Arranque el automóvil y me metí en el trafico que había en esa hora, los autos a nuestro alrededor se movían y yo sabia que ella tenia la mente dispersa por lo que tome la mejor decisión. No la podía dejar sola en ese momento.
Me detuve frente a un parque y carraspee la garganta, trayendo de nuevo de sus pensamientos -Llegamos-
Frunció el ceño confundida -creo que te equivocaste, aquí no vivo yo-
-Vamos a caminar, un rato. El aire fresco va a ayudarte-
Sonrió -¿Acaso tienes un doctorado en rupturas amorosas?-
-Para nada- Baje y me apresure a llegar a su puerta para abrirla -pero se cuando alguien no necesita estar solo-
Dudo en tomar mi mano pero lo hizo, sus ojos se iluminaron viendo el parque donde estábamos. -Este lugar es hermoso- sonrió con tristeza.
-Aquí viene la gente triste- me puse en su espalda -las cosas bonitas ayudan un poco, ¿no crees?-
-Definitivamente-
-Vamos- tome su mano y nos adentre en el lugar, la gente paseaba a sus mascotas, niños caminaban con sus abuelos y todo el desastre de la ciudad parecía ser ajeno a este lugar.
El parque de los cerezos era famoso, las parejas venían a caminar por sus senderos y cuando llegaban a un pequeño puente, ataban algo a los hierro de él. Se decía que esa atadura haría que el amor durara por siempre.
Mientras caminábamos, unos niños pasaron a nuestro lado con una pelota. El rostro de la castaña se ilumino viéndolos.
-¿Te gustan los niños?- la imagen de ella con un bebé nuevamente volvió a mi cabeza.
-Me parecen maravillosos pero nunca pude tener uno-
-¿Por qué?-
-Will y yo... no quería traer una vida a una familia sin amor. Simplemente, lo vi injusto para el pequeño o pequeña-
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Mafias y Mentiras- Bilogía "Secretos asesinos" 💎
RomanceLIBRO #1 de la Bilogia "SECRETOS ASESINOS" -Eres mi esposa- él me sostuvo de la muñeca mientras caminaba hacia la puerta. -Nosotros debemos seguir juntos, lo prometiste.- -¿Desde cuando?- me quede inmóvil -¿Desde cuando soy importante para ti? Cu...