Capítulo 14

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Sebastián

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Sebastián...

Por suerte había llegado justo a tiempo para sacarla de ese lugar donde Will la estaba tratando de manipular. Aunque hubiera deseado hacerlo antes y evitar que ella derramara lagrimas a causa de ese hijo de puta. 

Nos encontrábamos fuera del café, uno al lado del otro. Kate ni siquiera me miraba, solo mantenía la cabeza gacha mientras suspiraba y al parecer intentaba dejar de llorar.

-¿Donde te llevo?-luego de insistirle, termino cediendo al subir a mi coche. Me metí en el asiento del conductor mientras veía de reojo como se colocaba el cinturón, Kate tenia la vista fija en la carretera.

-Kate- volví a llamarla

-Perdona- sonrió con tristeza -a mi apartamento, sabes donde es-

-Si-

Arranque el automóvil y me metí en el trafico que había en esa hora, los autos a nuestro alrededor se movían y yo sabia que ella tenia la mente dispersa por lo que tome la mejor decisión. No la podía dejar sola en ese momento.

Me detuve frente a un parque y carraspee la garganta, trayendo de nuevo de sus pensamientos -Llegamos-

Frunció el ceño confundida -creo que te equivocaste, aquí no vivo yo-

-Vamos a caminar, un rato. El aire fresco va a ayudarte-

Sonrió -¿Acaso tienes un doctorado en rupturas amorosas?-

-Para nada- Baje y me apresure a llegar a su puerta para abrirla -pero se cuando alguien no necesita estar solo-

Dudo en tomar mi mano pero lo hizo, sus ojos se iluminaron viendo el parque donde estábamos. -Este lugar es hermoso- sonrió con tristeza.

-Aquí viene la gente triste- me puse en su espalda -las cosas bonitas ayudan un poco, ¿no crees?-

-Definitivamente-

-Vamos- tome su mano y nos adentre en el lugar, la gente paseaba a sus mascotas, niños caminaban con sus abuelos y todo el desastre de la ciudad parecía ser ajeno a este lugar.

El parque de los cerezos era famoso, las parejas venían a caminar por sus senderos y cuando llegaban a un pequeño puente, ataban algo a los hierro de él. Se decía que esa atadura haría que el amor durara por siempre.

Mientras caminábamos, unos niños pasaron a nuestro lado con una pelota. El rostro de la castaña se ilumino viéndolos.

-¿Te gustan los niños?- la imagen de ella con un bebé nuevamente volvió a mi cabeza. 

-Me parecen maravillosos pero nunca pude tener uno-

-¿Por qué?-

-Will y yo... no quería traer una vida a una familia sin amor. Simplemente, lo vi injusto para el pequeño o pequeña-

Mafias y Mentiras- Bilogía "Secretos asesinos" 💎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora