LIBRO #1 de la Bilogia "SECRETOS ASESINOS"
-Eres mi esposa- él me sostuvo de la muñeca mientras caminaba hacia la puerta. -Nosotros debemos seguir juntos, lo prometiste.-
-¿Desde cuando?- me quede inmóvil -¿Desde cuando soy importante para ti? Cu...
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Sebastian...
En ese momento, me sentía la persona mas feliz y llena del mundo, tenia a Kate, tenia a Dani. Solo me importaba atrapar al hijo de puta que se había atrevido a molestar y amenazar con mi pasado. Quería llegar a casa y acostarme junto a ella, quería volver a hacerla mía pero esa llamada llego y no pude hacerlo.
Tuve que marcharme ya que habíamos obtenido una pista y tanto yo como Will no dirigimos a una bodega que estaba a mi nombre, donde tenia a un tipo encerrado, listo para hablar al respecto. Cuando llegué, el coche del rubio ya estaba allí y al parecer había comenzado con la diversión.
Antes de bajar deje mi móvil dentro del automóvil junto con mi saco. Ingrese y seguí a mis hombres hasta donde estaba, lo primero que encontré cuando los vi fue a Will sosteniendo al tipo del cabello y dándole puñetazos mientras le repetía la misma pregunta.
-¿Donde esta ese hijo de puta?-
Me acerque a ellos y toque el hombro del rubio quien parecia estar metido, solo en su mundo. -Hey, si lo dejas idiota ya no nos servirá-
-Sebastian- al verme se separó de él.
Cada vez que lo veía, se notaba mas demacrado, mas muerto en vida. Uno de mis hombres me dio una tablet y me puse a leer la información del tal "Garry". Nada raro, un tipo de veinti tantos, nacido en barrios bajos y que había hecho todo tipo de trabajos de mala muerte por mucho tiempo.
Hace dos años, todo cambio de repente y le comenzo a ir de manera maravillosa, al punto de que tenia un apartamento ubicado en un sector bastante codiciado de la ciudad. Lo vi respirar nuevamente y baje el aparato -amigo, pense que ibaa tener que llamar a una ambulancia o a la funeraria-
Él escupio sangre, y jure que alguno que otro diente que se le cayo, lo cual me causo asco. Podia ser un desquiciado amante de la tortura, pero los dientes me parecian demasiado. Lo mire asqueado y luego al rubio -¿has podido sacarle algo?-
-No- sonrió con la cara manchada de sangre -pero dame una media hora mas y lo hare-
Me levante, interponiéndome en su camino. -No durara mucho, a veces los golpes no solucionan nada.- lo aparte y tome su lugar. El sujeto quien había mantenido la cabeza gacha, se levanto apenas dije un nombre.
-Renata- al ver su expresión preocupada, sonreí. Bingo, era eso. -Renata es una pequeña muy linda que va a un colegio de los suburbios, ella todas las tardes sale cerca de las cuatro de la tarde y va a danza clásica, al parecer le gusta mucho- estaba relatando lo que había leído de un archivo cifrado que Chris envió a la tablet cuando estaba leyendo la información.
-NO LA TOQUES HIJO DE PUTA-
-Oye- me encogí de hombros -yo no asesino niños-
-No te le acerques-
-No va a pasarle nada- pude ver que se calmaba -pero, la puedo alejar tanto de ti- me incline hablándole al oído -la voy a esconder en un pozo, y no vas a encontrarla ni en cien vidas-
