LIBRO #1 de la Bilogia "SECRETOS ASESINOS"
-Eres mi esposa- él me sostuvo de la muñeca mientras caminaba hacia la puerta. -Nosotros debemos seguir juntos, lo prometiste.-
-¿Desde cuando?- me quede inmóvil -¿Desde cuando soy importante para ti? Cu...
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Will...
Cuando me llego la primera petición de divorcio a manos de un notario, mi mente se volvió un lio, en arranque de ira ante aquella situación que había querido desestimar me volvió loco y termine destrozando los documentos. Luego de enviársela de nuevo con aquella nota me di cuenta de que había actuado mal dejándome llevar por la situación, pero nuevamente, había sido tarde. Como siempre.
Mi madre aun no sabía que estábamos divorciados y simplemente había tapado la ausencia de Kate con una excusa de que estaba siendo caprichosa por una situación inventada en la que ella era la equivocada. Me daba vergüenza aceptar que el único culpable en todo aquello no era más que mi persona.
Luego de mi pequeña reunión y discusión con el ruso, donde la vi después de casi un mes sin mirar sus hermosos ojos, me sentí descolocado al ver que ella actuó como si yo no existiera en absoluto.
Su mirada fría en respuesta a mi reclamo de que me viera también a mí, me hizo dar un paso atrás. Siendo plenamente consciente otra vez, de mis acciones pasadas y de las repercusiones de las mismas.
Pero no iba a darme por vencido, no cuando aún no había perdido la batalla y podía recuperarla. Así me costara mi dignidad, si era por Kate. Estaba dispuesto a dejarla de lado.
Una mañana me desperté con un mensaje enviado por el ruso donde había una prueba de embarazo y una postal que decía, "Perdiste". Sin entender de qué jodida mierda se trataba, lo deje pasar, sin saber que unas horas más tarde entendería todo.
Había pasado todo el día en la oficina resolviendo cosas cuando apareció Erica con una gran sonrisa y una bolsa en sus manos. Hacía mucho tiempo no la veía y no sabía el por qué de su repentina visita en mi trabajo.
Ella entro sin ser invitada y tomo el lugar frente a mí. -Hola amor- comenzó hablando de manera dulce y pasiva -se que actué de mala manera hace unos días y que todo era muy reciente para ti. Lamento haber ofendido a tu ex esposa-
Bufe, harto de escuchar su voz -¿qué mierda quieres?-
-Amor.. no hables así- toco su abdomen y me sonrió -el bebé no debe escuchar a papá decir maldiciones-
No pude evitar reírme ante aquella situación, todo me parecía una maldita broma y no podía parar de reír.
-Will, amor. No te rías-
-¿Qué?- me detuve al ver que ella no parecía estar bromeando.
-Amor.. estoy embarazada- sonrió de oreja a oreja -vamos a ser papás ¿estas contento? - se levantó rodeando mi escritorio y abrazándome -amor, ves que te dije. Yo soy mejor, esa media mujer, no puede hacerte feliz. Yo si-
Su toque me causo asco, por lo que termine empujándola lejos de mi -¿Que mierda estas diciendo? ¿embarazada? - todo se reprodujo en mi cabeza.
¿Un bebé?, ¿Iba a ser padre? Negué, no no... Solo Kate podía llevar a mi hijo, nadie más. Vino a mi mente cuando perdimos al primero y ella estaba destrozada. Tuve que mentirle cuando el médico me dijo que las posibilidades eran pocas ya que no quería que se lastimara a si misma esperando algo que tal vez no llegaría.
Al final, la depresión la arraso y fue cuando perdí el interés en ella. Pero aun la amaba, aun quería que fuera la única madre de mis hijos. El hecho de que Erica estuviera embarazada de mí, hizo que me desesperara ante la idea de que Kate se enterara de aquello.
Me levante del asiento y tome a Erica de los hombros, apretándolos -Escúchame, ¿a quién le has dicho? ¿Cuándo te enteraste? -
Ella sonrió -amor, eso no importa- estaba jodidamente loca -estamos esperando un bebé-
-Escúchame- la moví -¿a quién le dijiste? ¿Te fuiste de boca y le contaste a Kate?-
Al ver que sonreía de lado lo supe, ella lo sabía.
-No no- moví mi cabeza- no puedes... Tengo que hablar con ella, si le digo que no lo vas a tener me va a perdonar- estaba fuera de mi -me perdonara, lo se.- tome mi saco rápidamente, queriendo ir a la oficina de ella.
-Amor..-la mujer volvió a detenerme.
Me zafe bruscamente -NO ME TOQUES MALDITA SEA, VAS A ABORTAR. NO TENDRAS A MI HIJO, NO TU- deje claras las cosas.
Subí a mi coche y conduje a toda velocidad, esperando poder hallarla en su oficina y contarle que no era problema. Que ese niño no nacería y ella sería la única que tuviera a mis hijos.
Entre al estudio en el que trabajaba, pero la secretaria me detuvo evitando que pudiera ingresar al área donde estaban los despachos. Le explique que venía a ver a mi esposa, pero ella siguió negándose. La discusión paso a mayores y algunos abogados se acercaron a escuchar.
De la nada vi a un tipo que me sonrió y dio un paso adelante –Will- lo reconocí como el abogado de Kate -¿qué ocurre?-
-Déjalo pasar- le indico a la chica que estaba en el mostrador, -lo voy a atender yo- vi mi oportunidad y lo seguí.
Miré hacia todos lados, pero no la hallé. Al entrar a su oficina, él se acomodó en la silla y me vio con una sonrisa -¿qué te trae por aquí?-
-Yo.. vine a ver a mi esposa-
-Ex esposa- me corrigió. –es tu ex esposa-
-Yo.. vine a explicarle-
-¿Explicar qué? Que tienes un hijo con otra mujer- soltó una risilla –vas a fingir que todo está bien y que solo fue un error-
Me quede en silencio.
Él se levantó y camino hasta donde estaba, se paró frente a mí y me vio a los ojos -¿Cuánto más daño quieres hacerle?-
-No fue mi...-
-Nunca fue tu intensión, pero lo hiciste. Will- apoyo su mano en mi hombro –por una vez, se un jodido hombre y deja de hacerle daño a la mujer que tanto dices amar- hizo una pausa -¿no la amas?-
-Con toda mi vida-
-Entonces déjala ir. Deja que se sane y hazte responsable de las cosas que hiciste. -
Luego de eso, me dejo ir siendo escoltado por la seguridad del lugar.
Claro que no quería lastimarla, pero tampoco podía dejarla ir. No a ella.
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