LIBRO #1 de la Bilogia "SECRETOS ASESINOS"
-Eres mi esposa- él me sostuvo de la muñeca mientras caminaba hacia la puerta. -Nosotros debemos seguir juntos, lo prometiste.-
-¿Desde cuando?- me quede inmóvil -¿Desde cuando soy importante para ti? Cu...
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Sebastián...
La realidad me golpeo el día que tuve que regresar a la casa de mis amigos, el hogar que habían construido James y Jenna para ellos y sus hijos. No podía seguir quedándome en la casa de Kate y aunque ella no dijera que la molestábamos, sentía que éramos solo unos intrusos que había aceptado por compromiso.
Estaba con Dani en mis brazos, en la puerta de su apartamento. Todas nuestras cosas ya se encontraban en el coche y solo faltaba despedirnos. Algo que no queria que pasara, pero que debia hacer.
-¿Seguro que estarán bien?- ella nos observo con un poco de preocupación. -Pueden quedarse todo lo que necesiten, son mas que bien..-
-Tenemos que aprender a estar solos los dos ¿cierto?- le hable a mi ahijado.
-Sip- él estaba distraído jugando con un robot que tenia en sus manos.
-Sebastián..-
-Vamos a estar bien abogada, si tengo problemas o quemo la cocina te llamare- sonreí.
-Llama a los bomberos- sonrió -y por favor, no cocines. Págale a alguien, no quiero que el niño se intoxique-
-Auch- actué como si me doliera el pecho -que mala abogada-
-Tengan cuidado- rodo los ojos.
-Ven a visitarnos luego- nos alejamos, yendo directo al elevador. Ya en la planta baja, vi que estaba Chris esperándome mientras miraba algo en su móvil. Al notar nuestra presencia lo guardo y vino a nuestro encuentro.
-Hola enano.-
-Hola tío-
-¿Ya nos vamos?-
-¿Nos vamos?- pregunté.
El castaño rodo los ojos y luego soltó un bufido -si, me mudare contigo y Dani.-
-No es necesario- llegamos al coche y subió en el asiento de piloto, dejando el lado de copiloto para mi, senté a mi ahijado en su sillita y después subí a mi lugar. -¿Por qué dijiste vamos?-
-Oye, no es que lo haga por ti- hablo mientras le daba marcha al coche y nos íbamos del estacionamiento -lo hago por él, eres horrible cuidando niños-
Solté una risa. -tienes razón-
-Lo se, siempre la tengo. En fin, me mudare con ustedes para que quemes la casa o intoxiques al niño-
-Curiosamente, Kate dijo lo mismo-
-Ella también es inteligente-
El resto del camino lo pasamos hablando de cosas banales, como si todo no hubiera pasado, como si nuestro amigo no estuviera al borde de la muerte y no hubiéramos perdido a una buena amiga. Llegamos a la gran propiedad y estacionamos frente a las escalinatas. Baje y fui directo al asiento trasero donde Dani esperaba para que le quitara el cinturón.
