Six.

270 43 12
                                    

Podía ver sus ojos dorados brillando bajo la luz de la luna, sus pestañas onduladas de la tonalidad de un lingote de oro siendo iluminadas en perfectas hebras finas y delicadas. Los lunares en su rostro visibles por su piel blanca como porcelana.

El lunar en su mentón. Precioso lunar.

Estaban en un columpio, porque sentía como su cuerpo se balanceaba de un lado a otro.

—¿Insisde this place warm, outside is starts to pour? —repitió la frase más llamativa de la canción cuando ya hubo acabado, en una interrogativa.

Sintió su cerebro repetir aquella voz terciopelo casi en un eco, era difícil para él descubrir qué había en el tono de su voz que ahora se le hacía tan conocido; como de alguien más que conocía; pero no lograba identificar a quien, ni su rostro lograba ver del todo bien.

—Adentro hace calor mientras que afuera empieza a llover —tradució, la comisura de sus labios se movió, formando lo que sería para él una sonrisa lobuna—; dentro de ti es cálido, afuera sudamos.

Entonces pudo ver más, mejillas redondas con un lunar en una de ellas. Dentro de su sueño era tan común verlo, pero su cerebro despierto para ese momento sentía una emoción improcedente al reconocer más de él. Estaba logrando ver mejor al chico.

Mofletes rojos redondos, parecían borlas navideñas de lo encendidas que estaban, quiso reír. Lucía precioso aunque sólo pudiese ver pequeños detalles de su rostro.

Esos pequeños detalles eran perfectos.

—Es la frase que tienes tatuada en una de tus costillas —apuntó, curioso—, ¿qué significa para ti?

—Es sólo una de mis frases favoritas de toda la discografía de The Neighbourhood, aunque es difícil decidirme por una, todas sus letras son arte. —alegó, sus dedos apretando las cadenas del columpio en sus manos.

—Por eso tienes tantos tatuajes.

Asintió con la cabeza y empujó un poco su columpio, escuchando su escandalosa risa tan peculiar. Jamás había escuchado una risa tan agradable y linda como esa.

¿Quién eres?

Abrió sus ojos con aquella interrogativa en la cabeza, el dolor en su cabeza instalándose apenas despertarse. ¿Era en serio? ¿No podía tener ni un sólo día tranquilo sin que el dolor viniera a atacarlo? ¿Se estaba volviendo viejo o qué?

Vio a Sienna a su lado, plácidamente dormida y teniendo un sueño bastante movido porque parecía que quería gritarle a alguien por su mueca molesta. En otros momento reiría, pero últimamente Sienna era algo..., simple para él.

Se supone que eso te gustaba de ella, idiota. Que no era complicada.

Se levantó de la cama con cuidado y fue hasta el baño, haciendo su aseo personal como comúnmente haría. Miró su reflejo en el espejo por unos segundos y alzó su camisa, observando las palabras en su costado tatuadas.

Era el único tatuaje que le hallaba significado, porque conocía la canción y entendía porqué se lo hizo. Más escuchar la explicación que su yo extraño daba le confirmaba más que nunca que aquello era real, no eran sólo sueños sin sentido. Él había vivido eso.

Ocean Eyes 『Jakeki』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora