Ocean Eyes 『Jakeki』

Sixteen.

Verlo sentado a su frente sin decir nada quizás era..., una tortura.

Se había acostumbrado a sus malas miradas y gritos de niño malcriado, pero desde que están en Corea era tan distante que sentía que el aire que respiraba era tan denso como para ser cortado con un cuchillo en vez de entrar en sus fosas nasales.

Y por otro lado, estaba ahí, mirándolo de más cuando no debería por el simple hecho de que no era ético aquello, además de que lucía como un pervertido subiendo y bajando la mirada por todo su delgado cuerpo sentado con elegancia y pulcritud. Cosa nada común en Riki, tan relajado y para nada serio en cuanto a su vestimenta se trataba.

Cierra la boca, se te cae la baba.

Tragó grueso frente a sus pensamientos, quitándose los lentes de pasta negra que utilizaba para trabajar en su computadora, sin ellos no tenía la capacidad de leer absolutamente nada y quizás vería por un rato borroso a Riki. Así era mejor.

El pelinegro acomodó sus lentes sobre el puente de su nariz y siguió con su trabajo. La universidad donde estudiaba le había enviado un mail preguntando sobre su desarrollo como diseñador, él respondió con la verdad obviamente, preguntándose porqué aquel trato tan especial con aquel niño, usualmente las universidades no preguntaban absolutamente nada, sólo mandaban un boletín de desempeño el cual tenía que llenar y eso no era hasta fin de mes. Aunque lo corroboraba de que Riki era alguien impecable con todo lo que hacía, quizás era de esperarse el trato especial.

Y nuevamente caía ahí, su mirada mirando hacia sus pies cubiertos con aquellos zapatos muy delicados blancos, luego esas medias largas blancas de seda y más arriba, esa maldita falda de la misma tonalidad que todo lo demás.

Se había tomado en serio lo de venir en falda aquella vez.

Agitó su cabeza rápidamente y miró su computador, intentando distraerse, necesitaba distraerse. O su cúmulo de pensamientos harían cosas que en su situación, jamás debería de hacer.

En realidad, no era que se tomó en serio lo de su "vestimenta formal" en sus tontas conversaciones, solamente que su empresa tenía un día de vestimenta libre, aplicado por su hermano mayor cuando recién entró a la empresa; sólo ese día cualquiera podía ir vestido de la forma que le plazca, unos iban en pijamas, otros descalzos, otros con ropas agujereadas, había una sola cláusula, siempre ropa interior y era obligatorio usar camisa y pantalón, o shorts o faldas, sólo para recordar que seguía siendo una empresa de ética.

Y porque nadie quería ver culos desnudos caminando por una empresa de renombre.

Todos se mantenían al margen de la etiqueta, ropa cómoda pero no pasarse de la línea, podían ir vestidos como quisieran, maquillados como quisieran, pero por lo común usaban ropa cómoda. Momo le hizo enterar de aquel protocolo a Riki y ahora lo veía paseándose con una maldita falda por toda su oficina.

Y él escogió los peores pantalones para el momento.

Obviamente vino en pijamas, porque tampoco quería romper esa costumbre, muchos de sus empleados hombres vinieron en falda y eso no importaba porque cada quien vestía como quería. Pero, importaba justo ahora, cuando se atragantaba con su propia saliva por pensamientos nada decentes.

Tanto que hablaba de Lucas estando en California y él ya se había armado una película entera en su cabeza, donde involucraba su escritorio, Riki y su amigo despierto.

Dios, ¿desde cuándo tenía esas incontrolables pensamientos con otros hombres? Se supone que era heterosexual.

Bueno, otro hombres no, Hwang Riki nada más.

Juraba que Riki lo hacía a propósito; cuando se agachó a recoger un papel que se le cayó y vio todo lo que no debía ver para mantenerse en calma; de no ser porque este ni siquiera le dirigía una mirada y lucía hasta molesto.