La noche había caído y todo aquel departamento estaba oscuro, a su lado un rizado de cabello claro dormía entre hipidos, cuando cerró los ojos a su lado no había derramado ni una sola lágrima, pero ahora estaba llorando en sueños.
Se acomodó sobre el colchón espacioso y observó al menor; sus pestañas largas estaban empapadas por completo, y grandes caminos de perlas salinas rodaban por sus mejillas, su pequeña nariz goteaba un poco y su rostro se comprimía en muecas, afligido.
Posó la palma de su mano sobre su mejilla, limpiando sus lágrimas calientes. Estaba tan sumido en sus sueños que no sintió absolutamente nada y siguió lloriqueando, parecía tener un terrible sueño.
Vagamente sabía qué estaba llorando.
Y él estaba rabioso.
Su corazón bombeaba a una velocidad estrepitosa y sus manos temblaban de sólo tocar su delicado rostro mojado. Sentía la sangre subir a sus mofletes calientes y su mandíbula temblar en enojo, el calor estaba instalado en todo su cuerpo y quería golpear lo que sea, matar a quién sea, todo por ver esas lágrimas y el motivo tras ellas.
Atrajo con cuidado la cabeza del menor a su pecho y lo abrazó, sintiendo como sus propios brazos delgados lo rodeaban y gimoteaba en su escondite, como un pobre pollito en agonías, a punto de morir.
Él sabía quién obró en aquella acción, él sabía quién estaba haciendo llorar de tal manera al rizado, él sabía que provocándole dolor al menor sería como provocárselo a él mismo, y esta persona lo sabía, claramente.
Por eso hizo lo que hizo, por eso se llevó a Bisco por delante en modo de advertirle silenciosamente que no iba a parar hasta que se separará de Riki, porque ni siquiera le interesaba que se revolcará con otros hombres, simplemente no podían ser Riki.
No entendía porqué, ¿qué le había hecho Riki a su madre? ¿Tenía que ver con su accidente acaso? ¿Era porque le dio todo lo suyo a Riki antes de accidente? ¿Por eso sería?
Quería saber, entender porqué quería hacerle daño de tal forma, separarlo de él, simplemente deseaba entender el porqué de todo ese caos, ¿por qué todo sucedía así?
Sin ser capaz de recordar aún estaba ahogándose en teorías estúpidas que provocaban mil y un revoluciones en su pecho y pensamiento. Viendo todo desde distinta perspectiva y distintas formas, ninguna le parecía lo suficientemente coherente o que conectará con todas las acciones que tomó antes de su accidente a la perfección, algún punto le hacía dudar o algo quedaba en el aire.
Parecía ser que lo único seguro hasta el momento era aquel desenfrenado querer que sentía por Riki.
Los cabellos rizados se alzaron y ojos dormilones y rojos conectaron con los suyos, sorbiendo su nariz mientras se mantenía tembloroso en hipidos que soltaba. Estaba deshecho totalmente y él se sentía tan responsable por su dolor que quemaba, le quemaba profundamente el haberle causado esas dolorosas lágrimas a semejante ángel.
Más forzó una sonrisa, porque debía mantenerse fuerte por él, para ser su pilar, y acarició su pómulo con la yema de sus dedos, dejando un beso sobre su frente.
—¿Desde cuándo lleva despierto? —preguntó con voz áspera y adolorida. Necesitaba tomar algo de agua.
—Desde hace poco —estiró su mano y tomó el vaso de agua que había llevado a la habitación después de que Riki se durmió excesivamente tarde—. Toma, bebe un poco de agua. —le empujó el vaso de plástico.
Riki frunció el ceño pero se sentó en la cama, tomando el vaso de agua para darle un pequeño trago. Tomó asiento a su lado, recostándose de la cabecera de la cama para luego tomar el vaso nuevamente y dejarlo a un lado de la cómoda.

ESTÁS LEYENDO
Ocean Eyes 『Jakeki』
Hayran Kurgu"Más allá del bien y del mal hay un jardín, yo te veré ahí". ¿Qué pasa cuando un amor es incluso más fuerte que la muerte? Existen personas que desearían tener un amor como ese, por lo cual impiden que sean felices. ❗Continuación de The Bathroom❗ ❗S...