Ocean Eyes 『Jakeki』

Fourty One.

Primera etapa, negación.

Sienna lo citó el día siguiente a las nueve en el restaurante que ambos solían recurrir de vez en cuando, accedió entre risas, ni siquiera era del todo consciente en lo que decía, simplemente accedió y colgó riendo.

Ella no podía estar embarazada. No podía.

Le resultaba imposible, ambos se cuidaban, y después de un tiempo, cuando Riki apareció en su vida nuevamente, todo deseo por ella se esfumó y no pudo ser capaz de siquiera tocarla. Sienna no podía estar embarazada, era absurdo si lo pensaba, él nunca habló de tener hijos con ella y ambos siempre se cuidaron, no hubo descuido. Nunca. Incluso si ella tomaba pastillas él siempre usaba protección, nunca fue capaz de intimar con ella sin protección.

Mierda, no. Ella no podía.

Se encontraba riéndose, pensando que era un intento de Sienna para citarlo y rogarle volver. Sabía que estaba desequilibrada mentalmente y se suponía que debería estar en una clínica para ese momento, así que, ¿por qué lo llamó? ¿A esa hora? ¿Se escapó de rehabilitación?

Y seguía riéndose como si aquello haya sido una maldita broma. Debía serlo, ¿no?

Bailó con Riki toda la noche, pero sin ser capaz de mirarlo a los ojos mientras seguía riéndose. Aquello jodidamente no estaba pasando, ¿verdad? Sienna no estaba embarazada y sólo era un intento más de rogarle en volver. Era eso, ¿verdad?

El menor estaba medio borracho para ese momento, por lo cual ni siquiera notó su risa frenética y casi forzada, tratando de verle el lado positivo a lo que podría ser una posible catástrofe en su vida si no sabía manejarlo adecuadamente. Y, claramente, siempre era así.

No pensó en eso en toda la noche, sólo bailó y disfrutó de la compañía de sus amigos de siempre. No había porqué darle mucha importancia al asunto, todo era mentira, un invento de su progenitora. Eso era todo.

Pero, cuando regresaron a su departamento, cayó en cuenta que, Emma estaba en prisión sin poder siquiera hacer llamadas ni tener visitas, sin dinero porque todo fue embarcado. Sienna tenía supervisión de psiquiatras constantemente y sólo tenía oportunidad de ver a sus familiares una vez por semana, con vigilancia siempre —de lo que le contó su hermana— y no había manera que se escapará o confabulará con Emma o alguien, tampoco podía hacer bromas con eso y citarlo cuando no la dejarían ir. Amenos que fuese cierto.

Entró en la segunda etapa, preocupación e ira.

¿En qué momento? ¿Cómo fue que sucedió? ¿Cuántos meses tenía de embarazo? Siquiera para sacar cálculos y pensar. Él siempre usaba protección con ella, ¿Algún condón de mala calidad? Pero si Sienna tomaba pastillas, ¿cómo fue que sucedió?

¿Cómo le diría a Riki?

Pasó sus manos por su rostro frenéticamente, observando su reflejo en el espejo. El menor tomaba una ducha a su lado y él intentaba no lucir demasiado obvio y que Riki empezará a preguntar porque no sabría cómo decirle. ¿Qué iba a pensar el menor? ¿Pensaría que lo engañó durante este tiempo juntos? ¿Se alejaría nuevamente?

Tenía todas las de perder. Sentía como su vida se le venía encima y no sabía cómo fue que sucedió. No tenía ni la menor idea de en qué momento es que todo escaló a lo que era ahora, y tampoco tenía una solución en mente.

Mirando su reflejo al espejo, pensó que era el mayor de los imbéciles.

Al escuchar que Riki cerró el grifo de la ducha, lavó su rostro en el lavamanos y secó su cara con la toalla de mano, para intentar lucir más compuesto que antes y que el menor no se diera cuenta de nada porque aún no tenía nada seguro. ¿Siquiera ese hijo era suyo?