Flavia llevo una sabana junto a ella cuando se recosto a su lado.
-Esto es maravilloso. -sonrió volteando a verla.
-Tú lo eres. -Javiera volteo y beso sus labios.
Llevaban casi un año juntas y todo parecía ir excelente.
-¿Por qué tienes que ir a esa casa mañana?
-Debo acabar de recoger las cosas de la Miranda, antes de viajar me lo pidio.
-Bien, iré contigo.
-No hace falta Javiera. Además solo recogere las cosas y regresare aquí.
-No me gusta que vayas sola a esa casa. Tantas cosas te pasaron ahí.
-Pero Dante ya no esta ahí, no hay peligro, con suerte y encuentro a la Martita para que me ayude.
-Insisto en ir contigo. -acaricio su cabello.
-No, tienes mucho trabajo y Leiva luego acaba por regañarme también a mi, disque te distraigo.
Ambas rieron.
-Me encanta cuando me visitas en la oficina a "distraerme". -se subió encima de ella dejando caer la sabana que cubría su torso.
-Te veo muy concentrada ahora. -beso sus pecas.
-Ajá... -tomo su rostro y la beso.
...
-¿Qué se te antoja de cenar mi amor? -Javiera estaba en la cocina de la casa que juntas compartian.
-No lo se, lo que tu quieras. ¿Qué se te antoja?
-Pechuga de pollo a la crema con papas. ¿Qué dices?
-Ok. -rió. -Te ayudo con las papas.
-Nunca hubiera creído que hoy estaríamos asi.
-Alguna vez coincidimos en una cocina. -sonrió Flavia.
-Se te quemo el pollo de hecho. -se burlo.
-Fue tu culpa.
-¿Mia? Tú me querías enseñar tus vestidos y ...
-Si, ya ya. -sus mejillas se encendieron.
-Es que yo te amo demasiado. -beso sus mejillas rozadas.
-Ese día intentaba subirte el animo, Dios mi "panorama" de ir a comprar verduras y dar una vuelta en auto. -sonrió nostalgica.
-Y fue lo mejor que hiciste aunque yo despues haya hecho lo que hice.
-No, no. Solo recordemos lo bueno.
-No sabía ser infiel, no quería lastimar a nadie y menos a ti.
-Como que a mi no me costo mucho ¿verdad? Le fui infiel a Dante y era yo quien insistia contigo.
-Ambas lo fuimos, pero hoy sería incapaz de hacerte algo así. Y se que tú tampoco lo harías. -sonrió.
Flavia la miro y solo asintio con una sonrisa forsada. Gesto que no paso desapercibido por Javiera.
Unos momentos más tardes ambas cenaban. Flavia se ofrecio a ir por el vino a la cocina, como tardaba Javiera decidio buscarla.
-¿Mi amor? -la vio cuando rápidamente guardo su telefono. -¿Qué haces?
-Am nada, solo intentaba abrir esta botella, no encuentro el destapador. -sonrió algo nerviosa.
-Ah ya, aquí esta, ten. -lo tenía junto a ella y en todo ese rato ¿no lo había visto? -Flavia ¿tú estas bien? Estas extraña como nerviosa.