Javiera se despertó al sentir cosquillas en la espalda.
-Ya mi amor. -sonrió con los ojos cerrados.
Apretó la mano que la abrazaba por encima de la sabana. ¿Desde cuando Flavia tenia las manos así?
Abrió los ojos y con lentitud volteo.
-¡Bautista! -cayó de la cama al verlo detrás de ella.
-Au, no griten.
Flavia se despertó rápidamente.
-¿Qué pasa? -volteo junto a ella. -¿Bautista? ¡Bautista! -se cubrió con las sábanas.
-Que no griten.
-¿Qué haces aquí? -hablo Javiera.
-Dormir, Dios, no griten. -se cubrió con la almohada.
-¡Sal de aquí! -hablo la pelirroja.
-¿De dónde? -abrió los ojos. -¿Qué? -volteo a verlas a ambas. -No... ¿Qué hice? ¿Qué hicimos?
-¡Salte weon!
Javiera se arrastro en el suelo y tomo una bata.
-Eres un...-lo tomo de las piernas arrastrándolo hasta dejarlo en el piso.
-¡Ay, ay! -golpeo al caer.
-¿Qué hacías aquí? -pregunto Flavia.
-No se... ¿qué hicimos? No me asusten.
-Nada, no hicimos nada. ¿No hicimos nada verdad? -volteo a ver a su esposa de pie.
-Claro que no, yo no tocaría a este pendejo ni con un chorro de soda.
-¡Sal! -grito Flavia.
-¡Paren por la mierda, me aturden!
-Juro que voy a meterte un tiro. -Javiera camino a su cinturón.
-¡Javiera! -la reto Flavia.
-Ve amor. -hizo berrinche.
-Ya me voy. -se puso de pie.
-¡Tapate asqueroso! Que asco, estuve junto a eso. -La inspectora tembló.
-¿Hicimos un trío? -pregunto cubriéndose con sus manos.
-Voy a despedirte.
-Y yo a dispararte si tocaste a mi mujer. -tomo su arma.
-¡Javiera!
Bautista corrió detrás de Flavia.
-¡Aleja eso!
-Ya po perdón. -tomo un cojín.
-Es mi favorito. -recargo su pistola.
-Ten. -se lanzó a la cara.
-¡No! ¡Eeeww! -lo pateo a un lado.
-¡Paren ya! -grito Flavia. -¡Guarden eso!
-Hermanatza trajimos tu camioneta. -Emiliano golpeo y cruzo la puerta. -¡Wow! ¿Qué paso aquí? -abrió los ojos como plato y miro a los tres.
-Nada. Bautista salte.
-¿Ustedes hicieron un trío? -pregunto confundido.
-¡NO! -respondió el matrimonio.
-¿No? -pregunto Bautista.
-Te doy 3 segundos, 3 malditos segundos. -advirtió. -1... -alzó su pistola apuntándole.
-¡Javiera! -exclamó Flavia.
-Ayúdame Milito. -sollozo.
-Para flaca. -Emiliano se corrió hasta estar cerca de él. -No, no. Ahí quédate. -advirtio tomando una manta para cubrirlo.