-¿Entonces dices que esto se va a acabar en algún momento?
-Por supuesto, yo se que valgo más que ser solo la amante de una mujer llena de miedos de lastimar a su pareja.
-Wow Flavia, has cambiado mucho.
-La gente se encarga de que una cambie. -sonrió.
-Debo confesar que me encanta esta Flavia, hasta en la intimidad eres otra, me cogiste de tal manera que me muero por repetir. -rió Lucrecia al otro lado del teléfono.
-Que va, no seas humilde, que tienes lo tuyo.
-Me da rabia que la paca tenga tanta suerte y no sepa aprovecharla. ¿Qué pasa si ella quiere algo serio?
-No va a suceder, yo no lo quiero tampoco, tuvo la opción de escogerme y aún así me hizo a un lado. -aclaro su garganta.
-Estas dolida con ella..
-No, tengo sentido común, Javiera pudo escogerme y no lo hizo, estupendo, lo respeto.
-¿Te hubiera gustado que lo hiciera verdad?
-No. -mintio.
-¿A qué mina no le gustaría que la cabrá que la enloquece la escoja como su polola o su prioridad? Vamos Flavia.
-Eso es pasado, ya no es así, no pretendo que me escoja y espero no tener que decírselo pero yo no la escojo tampoco, no podría escoger a una persona que le costo tanto hacerlo conmigo.
Fue tajante en su respuesta.
-¿O sea que tengo oportunidad?
-Tú siempre. -rió. -Siempre y cuando no la cagues pidiendo cosas que no estoy dispuesta a volver a darle a nadie.
-Solo quiero coger. -bromeo.
-Estupendo. -rió.
...
-Te marque pero parecía que estabas en otra llamada. -le abrió la puerta de su coche cuando llego a su lugar de siempre.
-Hablaba con Lucrecia por teléfono. -respondió con naturalidad.
-¿Tienes sexo telefónico con ella?
-Si, me toco pensando en ella. Me sirve que ya me acostará antes de irse, los recuerdos llegan rápidamente. -mintio.
-Mientes. -entro detrás de ella.
-Si, lo hago. Es muy fácil molestarte. -volteo a verla.
-Eres perversa.
-Aja. ¿Cocinaste? -recargo sus brazos en sus hombros.
-No se si te mereces la cena.
-Que mala inspectora, yo traía algo para enseñarte pero si no como no tendré fuerzas. -puso su boca de pato.