Flavia preparo el desayuno y espero a que Javiera bajara, ya estaba cansada de los roces entre ellas, de los malos entendidos, de mirarse como dos desconocidas.
-Buen día. -saludo Javiera.
-Hola, te hice el desayuno que tanto te gusta. Siéntate.
-Flavia...
-¿Tienes que irte? Puedo guardartelo entonces para que lo lleves. -sonrio tímidamente.
-No.
-Esta bien. -entendió que se iría sin desayunar.
-Quiero que esto se termine.
Flavia sinto un hueco en el estómago.
-¿Qué?
-Quiero que esto que hay entre nosotras termine.
-Pero Javiera... -balbuceo.
-No me mal intérpretes. Me refiero a los problemas entre nosotras, nos hemos reconciliado, nos hemos peleado nuevamente, se que forma parte de la relación pero ya no más. Quiero a mi esposa de vuelta, quiero despertarme en la mañana y comerte a besos, respirar tu piel, sentir tu cuerpo pegado al mío. Oírte decir cuanto me amas ni bien despiertas en las mañanas. Te quiero de vuelta.
Flavia sonrió entre lágrimas y se largo a sus brazos para abrazarla.
-Te amo Javiera. -susurro.
-Y yo te amo a ti con locura mi amor. -acaricio su espalda. -Con locura. -escondio su rostro en su cuello y deposito un beso en el.
-No quiero estar alejada de ti. -beso sus labios con delicadeza.
-No más mi amor. -pego su frente a la suya. -Muero de hambre. -rió.
-Ya, ven. Iré por él café. Siéntate. -sonrió.
Fue a la cocina, regresó e iba a sentarse en su lugar pero Javiera no la dejo.
-No, ven acá. -la tomo de la cintura y la sentó en sus piernas. -Desayunemos así. -sonrió.
-Ok. -beso su frente. -Solo no me quemes con el café.
-No. -rió. -Juro que te arrancaría la ropa pero debo ir a la oficina. -beso su pecho.
-¿Almorzamos aquí? -la miro.
-Pero dijiste que allí...
-Esta Bautista y Luciana. Quiero almorzar contigo ... a solas. -susurró.
-Prometo estar aquí para el almuerzo. -bebio de su café. -Me encanta.
-Lo sé, conozco tus gustos.
-¿En serio?
-Claro. -bromeo.
-Tenemos que regalarle algo a Bautista.
-Ya se. ¿Lo viste ayer?
-Es que tú cuando te enojas das miedo.
-Que va. -negó.
-Que lindo poto tienes. -la acaricio.
-Sshh, la Martita anda por ahí.
-Ella encantada de vernos bien. -se acerco a ella y la beso. -No quiero pero tengo que irme.
-Salgamos juntas.
-¿Y Ramiro?
-De vacaciones mi amor.
Se puso de pie pero Javiera la tomo y la sentó nuevamente.
-Quiero hacer algo contigo después de almorzar. -susurró en su oído.