Javiera llegaba a su casa, Flavia bajaba las escaleras, la familia disfrutaba de una comida en domingo, los hombres se encargaban del asado afuera.
-Hola mi amor. Te demoraste mucho. -la beso.
-Hola linda, lo siento, ya estoy aquí. -sonrió.
-¿A dónde fuiste? -sonrio.
-Fui por el postre, y como a mi mujer no le gusta cualquiera pues debía de ir yo misma. -acaricio su mejilla.
-Siempre tan atenta. -sonrio enamorada.
-Mi esposa se lo merece. -beso sus labios.
-¿Crees que en la tarde podamos salir a dar la vuelta?
-Iremos a donde tu quieras. -afirmó.
-Bien. ¿Vamos con los demás?
-Si mi amor pero abrigate porque hoy esta helado.
-Ya amor.
Salieron al jardín donde estaban los demás.
-¿Comeremos aquí? -pregunto Emiliano.
-No, adentro, hace mucho frío aquí. -se quejo la pelirroja.
-Javiera, ¿lanzaste la orden? -pregunto Bautista.
-¿Orden? ¿Cuál? -pregunto Teresa. -Ay perdón. -rio.
Leiva miro a Javiera.
-Pedi una orden de alejamiento contra Angela. -lanzó.
Sus palabras sorprendieron a los demás.
-¿Por qué mamá? ¿Qué paso?
Flavia decidió contarles todo lo acontecido los últimos días.
-¿Qué webada mamá? ¿Esta loca o que?
-Mi hermana tiene un imán para los locos. -añadió Emiliano. -Sin ofender cuñada.
-¿Por qué no me dijiste lo que estaba pasando? -le reclamo Teresa a Gonzalo.
-No me correspondía amor. -dijo.
-¿Y qué pasó? ¿Dijo algo la loca?
-Emiliano.
-Bueno, ¿Angela dijo algo?
-No sabemos. -respondió Flavia.
-Pero le llego, de eso si estamos seguras. -menciono su esposa.
-Ay mamá. ¿Pero es de cuidado? -cuestiono preocupada.
-No mi amor, tranquila. Ya dejemos de esto y disfrutemos nuestro domingo. -hablo intentando calmar la situación.
-¿Y la Marta? -pregunto Bautista.
-Saldria, déjala en paz. -dijo Javiera.
-Metida.
-Weon.
-Ya los dos. -negó Flavia. -Mejor ven mi amor y me ayudas con la mesa.
...
-Javiera ya quieta, pueden venir los demás. -rió.
-Cielo nadie viene. -beso su cuello.
De repente un plato cayó al piso.
Ambas se asustaron.
-No, Javiera ve lo que me haces hacer. -se quejo.
-Ya, yo lo levanto. -se burlo.
-Vas a ver eh.
-Enséñame. -alzó su ceja.
-¡Ya Javiera! -no pudo evitar reír.
Después del almuerzo y de disfrutar el domingo el resto del día en paseo y platica, una nueva semana comenzaba.
Javiera esa mañana había decidido acompañar a su mujer al trabajo.
-¿Ya pensaste lo que te dije?
-¿No es mucho Javiera?
-Es una manera de cuidar el lugar como tal por cualquier cosa, piénsalo tranquila, si decides que no, lo respetare mi amor. -la beso. -Tengo que irme, háblame cualquier cosa por favor.
-Esta bien mi amor, te amo. -la abrazo.
-Te amo. -beso su cuello.
...
Miranda llegaba a la casa de su mamá junto a Pascal.
-Yo no se como la vieja se va a tomar esto.
-Ya, solo se lo dices.
-No es tan fácil, y lo sabes. -negó.
-Esperemosla aquí y hablas de una con ella, si la llamas sabes que se va a asustar.
-Bien po. Entra ya. -lo reto.
...
-¡Bautista los resúmenes! -hablo desde su oficina.
La puerta estaba entreabierta.
Alguien muy familiar ingreso a su oficina y hablo.
-Flavia.
Su voz hizo que alzará la vista hacia ella rápidamente.
-¿Tú? ¿Qué haces aquí? -dijo confundida.
La persona frente a ella solo la miro sin emitir palabra alguna.