Javiera esperaba ansiosa alguna noticia de Flavia.
Ya de era de noche cuando escucho el carro estacionarse.
Decidió esperar a que ella entrará por su cuenta, al parecer había visto su mensaje para encontrarse donde siempre.
La vio cruzar la puerta, se veía molesta, cansada.
-Hola. -dijo sin más.
-¿Por qué vernos aquí?
-Es un lugar neutro y nuestro, imagine que lo necesitarías. ¿Me equivoque? -sonrio.
-No lo hiciste. -sonrió dejando las cosas sobre el sofá. -Traje comida.
-Genial. -se acerco a ella y la beso con suavidad.
-Necesitaba esto. -susurró.
Javiera se sorprendió un poco ante sus palabras, no las había oído antes.
-¿Quieres darte una ducha? Puedo ir poniendo la mesa.
-No quiero volver a casa, Laurita llamo a la Miri y le dije que fuera, no pude hablar aun con ella.
-Entiendo, bien ve a ducharte, para cuando regreses la comida estara servida. -sonrió.
La pelirroja fue al cuarto, tomo lo necesario y entró al baño.
Se dio una ducha de agua caliente y salió, sonrió ante el detalle de encontrar su pijama encima de la cama.
...
-¿Quieres hablar? -pregunto la inspectora cuando estuvieron ya en la mesa.
-No hay mucho que decir, no puedo impedir que Dante conviva con Miranda.
-¿Qué crees que diga Miranda?
-Tal vez se oponga o no lo sé, es su padre a pesar de todo. -admitió.
-¿Pero por qué una demanda? No entiendo.
-Yo no le he permitido que se acerque a ella, no me agrada la idea pero no deja de ser su papá, los errores que cometió conmigo fueron como pareja, como papá es bueno. -alzó sus hombros.
-No coincido mucho ahí contigo pero ¿que vas a hacer?
-Hablar con Miranda, ponernos de acuerdo para que las cosas fluyan lo más relajadas y tranquilas, no quiero que mi hija quede en medio de todo.
-Ay Flavia. Haces bien en no interferir como tal, Miranda no es una cabrá que va a quedarse callada ante nada ni nadie, por eso lado tienes que tener tranquilidad.
-Lo sé. -sonrió. -¿Qué te parece la comida?
-Sabes que amo la comida china. -rió. -Haces trampa.
-También traje cosas para el desayuno. Nunca hemos hecho compra para tal aquí.
-No soy buena en eso. -admito la inspectora.
-Dame dinero y yo la hago. -sonrió.
-Vea pues. ¿Segura? -sonrio.
-Bien, te lo daré mañana.
-¿Puedes quedarte o...?
-No le debo explicaciones a nadie. -le robo un beso.
-Cierto. -rió.
...
Ya en la cama, Flavia volteo a verla y la encontró observándola.
-Vas a ojearme. -rió.
-Tu culpa. -sonrió.
-¿No te cansas de mi?
-No, debo admitir que cuando te pones en modo mierdita me desesperas un poco pero lo entiendo, es porque estas molesta o hay algo que esta chuzando.
-Soy complicada pero buena gente. -rió.
-No lo dudo, aunque a veces das un poquito de miedo.
-Llorona. -sonrió.
-¿Puedo decirte algo? Solo escúchame, no necesito que digas nada.
-No puedo casarme, ya lo estoy. -bromeo.
-Ponte sería. -rió.
-Bien, ya. Dime. -se acomodo para escucharla atentamente.
-Yo se que debo acostumbrarme a esta nueva Flavia, a la que si algo le lastima o le duele no te lo dirá, a que has creado tu coraza por precaución, a que ya no peleas si algo te molesta, solo lo tomas como tal y ya, que pase lo siguiente. Pero aun así, no puedo obviar que eres una persona increíble, con un corazón de oro, que lo estás haciendo bien. -sonrió.
-Javiera. -dijo mordiendose los labios.
-Llora si quieres hacerlo.
-Llorar es de débiles, si lloro frente a alguien, ese alguien sabrá donde es que me duele. -limpio sus lágrimas. -Gracias por tus palabras, no estoy acostumbra a oírlas, no forman parte de mi rutina. -sonrió.
-Acostúmbrate.
-Prefiero que no. -sonrió. -Ya intente hacerlo un vez y no salió muy bien. -rió.
Haciendo referencia a la primera vez entre ambas.
-¿Por qué no dejas de hablar y me haces el amor?
Se subió encima de ella subiendo la parte baja de su vestido.
-¿No vas a decirme nada más?
-¿Qué quieres que te diga?
-No se, algo más ante todo lo que dije.
-Eres muy cursi. -sonrió.
-Tú lo eras.
-Y de nada sirvió Javiera, dime una sola cosa que me saliera bien por ser tierna, atenta, amorosa contigo. ¿No fuiste tu la que llegaste un día a mi casa llorando? Tenia miles de cosas encima y aún así me las quise dar de salvadora y ve como acabe. No entiendo que quieres de mi, tú te ocupaste de quitarme las ganas de ser "linda" contigo, ahora que soy así parece que es cuando más te enculas y buscas obtener algo de mi que no vas a tener. Cuando lo tuviste no lo aprovechaste, no te quejes ahora.
La inspectora solo la observo. ¿Qué podía responder a eso?