Javiera llegó rápidamente junto a la brigada, observo los vidrios y el carro de Bautista, ¿qué demonios había pasado?
Al entrar grito el nombre de su esposa.
-¡Flavia!
La pelirroja salio desde atrás de la barra.
-¿Javiera? -sollozo.
-Mi amor. -respiro aliviada.
Corrió rápidamente hasta ella.
-¿Estas bien?
-Aja. -la abrazo. -Gaston esta herido, te juro que no se que paso, colgué de hablar contigo, Bautista--
Hablaba tan rápido que comenzaba a agitarse.
-Respira, estoy aquí. ¿Dónde está Bautista?
Él apareció igual o más aterrado que Flavia.
-No se qué pasó, no se que fue. -sollozo.
-Ya se están haciendo cargo, intenta calmarte.
-Destruyeron el lugar. -lloro.
-Lo solucionaremos mi amor, lo importante es que están bien. ¿Bautista?
-Solo cago hasta las patas po. Me asuste tanto.
Leiva se acerco a ellos.
-Me da gusto verlos bien, Caceres llévalos a casa, yo me haré cargo del resto.
-Pero y Gaston, tengo que ir con él.
-Vamos amor, seguimos la ambulancia.
-¿Qué fue todo esto Javiera? ¿Por qué harían algo así?
-No lo sé mi amor, dejemos que el resto trabaje. Ven, vamos.
La pelirroja sintió un hueco en el pecho cuando vio como todos los vidrios estaban destruidos.
...
-¿Ya saben algo?
-Aún no mi amor. -se sentó junto a ella. -Solucionaremos esto, arreglaremos el restaurante y--
-No lo haré, ya esta. No tiene caso.
-Tiene caso mi amor, es tu lugar.
-Tu viste como quedó. Es... no, no. -negó.
-Veme mi amor, lo haremos juntas. ¿Ya? Tranquila. -la abrazo.
-¿Por qué harían algo así? -lloro.
-No lo sé mi amor pero lo vamos a averiguar. Hay que revisar las cámaras del lugar desde afuera.
-Le diré a Bautista que las alcance.
Un doctor salio para avisar que todo esta bien, que solo era cuestión de que se recuperará.
Al llegar a su casa sus hermanos esperaban por ellos.
-¿Pero que fue toda esa wea? -hablo Emiliano.
-No lo sé. Llamé a Javiera porque me di cuenta de que nos seguían, además fue el mismo coche que vi hace unos días estacionado aquí afuera.
-¿Crees que te vigilaban?
-No lo sé Tere pero... destruyeron el lugar. -dijo con tristeza.
-Te ayudaremos a levantarlo hermana. ¿Cierto Tere?
-Por supuesto. -sonrio.
-No estoy segura de querer hacerlo otra vez. -froto su frente.
Javiera la observaba tan triste pero debía saber que era lo que había pasado. ¿Por qué justamente a ella?