Flavia había llegado a la oficina de Javiera, se sentía confundida y asustada.
Brinco en la silla cuando escucho la puerta, era su esposa.
-¿Mi amor? ¿Qué pasa? ¿Qué haces aquí? -se acerco rápidamente a ella.
-Adriana estuvo en mi oficina. -dijo angustiada.
-¿Adriana? -pregunto sin entender.
-Adriana Covarrubias, la hermana de Dante. -lanzó un poco fuerte.
-¿Y qué quería? ¿Qué te dijo?
-Que quiere estar cerca de Miranda, que es la única familia que le queda, no la quiero cerca de mi hija. -se puso de pie.
-Ya, tranquila. Déjame averiguar qué pasó, ve a la casa y te llamare ni bien se--.
-¡No Javiera! No voy a moverme de aquí, averigua por favor, revisa eso.
Javiera asintió, su esposa realmente estaba
alterada.
Fue a la oficina de Leiva, él estaba igual de sorprendido, la habían detenido escondiendo a Mateo, era igual de cómplice que Dante.
-Dame una respuesta, mi mujer está a punto de colapsar.
-Déjame hacer un par de llamadas. -tomo el teléfono de su oficina. -Ve con ella y te llamare enseguida.
La inspectora fue a hacerle compañía a su esposa, estaba alterada, muy nerviosa, no sabía cuales eran las verdaderas intensiones del regreso de esa mujer, ni cuando estuvieron viviendo con Dante ellas habían sabido de su existencia.
De un momento a otro Leiva llamó.
Flavia veía asentir a su esposa frente a ella, necesitaba urgente que cortara la llamada.
Al fin lo hizo.
-¿Qué te dijo? ¿Qué pasó? -pregunto tan rápido la vio colgar.
-Su abogado demostró que actuó bajo las amenazas de su hermano, que ella no tuvo otra opción más que acceder. -lanzó.
-¡Es mentira! Ella está mintiendo. -comenzó a respirar agitada.
-Hey, hey mi amor, tranquila, respira.
....
Cuando Javiera llegó a su casa, Miranda las esperaba allí, subió a Flavia para que se recostada y bajo nuevamente.
-¿Qué pasa Javi? ¿Qué tiene mi mamá?
-Tuvo un ataque de pánico. -dijo desanimada.
-¿Qué? Pero eso no pasaba desde que vivía con mi papá. ¿Qué pasó po?
-Siéntate.
-Me estas asustando. -dijo preocupada.
-Adriana, la hermana de Dante estuvo en la oficina de tu mamá esta mañana. -lanzó.
-La vimos esta mañana en el shoping. -miro a Pascal.
-¿Y por qué no hablaste?
-No supe que hacer más que venir acá y esperarlas. No podía darle una noticia así por teléfono. No lo pensé.
-Ya, tranquila. Solo vamos a esperar que tu mamá se despierte.
-¿Averiguaste por qué está afuera?
Javiera le comento todo lo que habían logrado averiguar. Sin embargo sabía que Flavia no estaría tranquila con eso.
A la hora de la cena Flavia bajo, su esposa ya la esperaba con la cena.
-¿Cómo dormiste mi amor? -le dio la mano en el último escalón.
-Bien, detesto que esto suceda.
-Ya paso. -la abrazo. -Todo esta bien. Miranda salió por algo con Pascal y regresaban a cenar.
-No quiero que Miranda ande afuera con esa mujer suelta.
-A ver mi amor, Miranda ya lo sabe, dice que la vio esta mañana, no hablaron pero ella quizo venir a decirnos. Es por eso que estaba acá cuando llegamos.
-No se qué pensar, no lo sé.
-Lo primero es tranquilizarte, aunque ella este afuera no es bueno que se meta en problemas, nonle conviene.
-Tengo miedo. -confeso con los ojos llenos de lagrimas.
-Tranquila, no pensemos las peores cosas. -beso sus manos. -Mira, ven vamos a sentarnos en lo que los muchachos llegan ¿ya?. -rió.
-Esta bien. -sonrió levemente.
Un par de minutos más Miranda llegó.
Hablaban en la mesa, la joven le dejo en claro que nada iba a pasar.
Flavia una vez más antes de despedirse le pidió que no permitiría que aquella tipa se acercara a ella.
...
Ya en la cama Flavia terminaba sus pendientes en el computador. Javiera se unió a ella en la cama.
-¿Ya terminas? -beso su hombro.
-Ya casi, deje cosas pendientes al salir. ¿Tuviste problemas por irte temprano?
-No, solo había papeleo por suerte. ¿Te sientes mejor? -acaricio su cuello.
-Un masaje me haría muy bien. -sonrió.
-Oh, entiendo. -se arrodillo detrás de ella.
Masajeo su espalda y siguió por su cuello.
Hizo su cabello a un lado y beso su nuca.
-¿Eso cuenta como masaje? -sonrio.
-Por supuesto. -rió.
-Discúlpame por pensar otra cosa. -bromeo.
-Hace falta que te disculpes mejor.
Bajo su bata con delicadeza y beso sus hombros.
Habían cosas que pensar y por hacer pero nada iba a salirse de su lugar si intentaban relajarse después de un día tan movido para todos.
