Javiera recibía a Flavia en su oficina.
-No puedes venir así.
-Vine por otra cosa. Es que--
-Flavia. Creí que no querías arriesgarte.
-Cállate ya. Traje a la Miranda, dijiste que querías hablar con ella.
Javiera comprendio.
-Ah ya, perdón es que--
-Si, ahorremos eso. Necesito saber que vas a hablar.
-Siempre es bueno tener una buena platica con ella, tranquila.
-Bien. La esperare afuera.
-Flavia.
-Dime.
-Gracias. -asintió.
-Si como sea.
La pelirroja salio.
...
De regreso a su casa Miranda sonreía.
-¿Tan bien te fue Miri?
-Me gusta hablar con la Javiera, ella es una paca diferente.
-Eso es bueno ¿no?
-Si, obvio. Si te gustaran las minas te haría junte con ella.
-Ay Miranda.
No pudo evitar reír.
-¿Qué te da risa?
-Tus ocurrencias hija.
-¿Si? En otro momento te hubieras molestado, mamá.
-¿Qué?
-¿Duermes con alguien?
-Si, con tu papá. -fingió inocencia.
-¿Tiras con alguien?
-¡Miri! -negó con la cabeza.
-¿Qué? Mamá, sería lo más normal, sos mujer y como tales tenemos nuestras necesidades.
-Cállate mejor.
-¿Por qué? ¿No te dan ganas a veces?
-Ya Miranda, esta dejando de ser gracioso.
-Que amargada. -rió.
...
Flavia salió de la ducha y comenzó si rutina de belleza.
Se sentó al borde de la cama y tomo su crema corporal.
-Almendras. -sonrió.
Su teléfono sonó.
Lo tomó riendo.
-¿WhatsApp inspectora? ¿Tan poquito les pagan?
-Quería probar esto. ¿Qué hacías?
-Recién salgo de la ducha. Gracias por hablar con la Miranda, le hace bien hacerlo.
-No es nada, aprecio a la cabrá y se que confía en mi.
-¿Seguiría confiando si se entera que te cojes a su mamá?
-No tiene nada que ver.
Flavia rodeo los ojos.
-¿Qué tanto haces?
-Necesito ponerme crema, espera.
Regreso al baño, apoyo su teléfono y cambio la llamada a una videollamada.