Flavia jugaba con la cuchara dentro de su café, estaba sentada en el jardín mirando hacia la nada.
Miranda apareció de sorpresa abrazándola por la espalda.
-Hija, me asustaste. -sonrió.
-¿Qué haces tan temprano y sola aquí? -se sentó junto a ella.
-Estaba pensando. -tomo la taza en sus manos.
-¿En qué? -sonrió.
-¿Crees que estaría mal si me separo ahora de tu papá?
Miranda brinco en su silla.
-Por supuesto que no, mamá. ¿De verdad? -sonrio.
-Habla bajo. -sonrió.
-Mamá eso sería increíble, yo se que la familia no esta en su mejor momento pero no tienes que soportar cosas solo por no agregar un problema más.
-¿De qué hablas?
-Los escuché discutir anoche, te fuiste a la pieza del Mateo. ¿Quieres contarme que paso? ¿Por qué tomaste esta decisión ahora?
Flavia bebio un sorbo de su café.
*flashback*
-Dante hoy no me siento bien por favor.
Se hizo más a su lado.
-Tranquila mi amor, no tienes que hacer nada, yo me encargare de todo. -la tomo pegandola a su cuerpo.
-Dante no. Quédate quieto. -se removió inquieta.
-Quieres rudo ¿Ah? -rió.
-No, muévete.
-Ssshhh. -alzó su pijama y colo su mano debajo.
-Dante para. Estas incomodandome. -se quejo.
-Soy tu marido, lo hemos hecho muchas veces, quédate quieta.
-¡Dante para! -se puso de pie arreglando su pijama.
-¿Ahora que Flavia?
-No quiero, no tengo ganas. -tomo su bata y se cubrió rápidamente.
-Dime algo. -camino hasta ella. -¿Hay alguien más?
-Dejate de estupideces. -intento irse al baño.
-¡Ven acá! Contéstame. ¿Estas tirando con alguien más?
-Que ordinario eres.
La tomo con fuerza y la tiro sobre la cama.
-Atrévete a dejarme y vas a conocerme.
La pelirroja no cedió ante sus amenazas y lo miro fijamente a los ojos.
*fin del flashback *
-Ya sabes como es tu papá de pesado. -sonrió intentando aliviar la situación.
