Marcado En Las Sombras

Capítulo 20: En la ciudad

Daniel's POV

Creí que mis oídos no se acostumbrarían a la cantidad de ruido en la ciudad. Coches pasando uno tras otro, conversaciones animadas, música en cada esquina, son sonidos que no se pueden comparar con la calma de Mellow Ville.

Y es solo en el momento en el que estoy en el callejón junto al restaurante, recargado en la pared, con el farol de luz parpadeante apenas dándonos algo de iluminación, que me siento un poco como en casa. Este sitio en especial, sí que te hace sentir que estas en Mellow Ville.

Carrie está de pie frente a mí, a unos dos metros de distancia. Tiene las manos metidas en los bolsillos de su hoddie, y la cabeza gacha, su cabello castaño impidiéndome ver su rostro. Le llega solo poco encima del hombro, me pregunto si planea dejárselo crecer. Aunque no creo que sea buena idea preguntarle eso ahora, y es que tampoco es muy necesario ver su expresión para saber qué es lo que está a punto de decirme.

—Tú... Lo prometiste—fue apenas un murmullo, tan bajo que solamente alcancé a escuchar las palabras que había dicho, pero sin descifrar su tono de su voz—. Me dijiste que te alejarías de Mason Mathews.

Tragué saliva con dificultad, y en ese momento, pude ver una sombra deslizándose en la pared, para luego tomar la forma de la sombra de una chica aparentando estar sentada sobre la nada.

No tuve que mirarla mucho tiempo para saber que se trata de Erica.

—Mason no es un mal chico, en realidad—le digo a Carrie—. Los rumores son sólo estupideces que se han inventado sobre él, yo diría que de hecho es demasiado bondado...

—Ya veo... De eso se trata—me corta.

Su voz se había tornado de repente más áspera y apagada. Pero, no de una forma desanimada o triste, no... Mas bien, parecía que lo había dicho sin sentimiento alguno.

Cuando volvió a hablar, levantó la mirada, una que pesó y me caló más que una cubeta de agua fría en el pecho.

—¿Qué más sabes acerca de él?—inquirió, como si hablara entre dientes—. ¿Él te dijo algo acaso?

En realidad, yo vine aquí sin pensar en nada, sin saber qué contestar a sus preguntas desesperadas. Carrie siempre ha odiado a Mason Mathews porque cree en todos los rumores que hay sobre él en la escuela. Pero ahora yo sé que esos rumores no son ciertos, sin embargo, por su actitud dudo que me crea si simplemente se lo digo. Además...

Espera un minuto...

—¿Decirme algo?—frunzo el ceño, enderezándome—. ¿Algo como qué?

Carrie siempre me ha pedido que me aleje de Mason debido a todos esos rumores, y porque me ha acosado por un año. Ella no quiere que me acerque a alguien que podría hacerme daño...

Es... Es por eso que ella me hizo prometer que me alejaría de él.

¿Cierto?

—¿Cómo sabría? Ese tipo pudo haberte dicho cualquier cosa para acercarse a ti—replica—. ¡Me prometiste que te alejarías de él!

—Lo sé, lo siento...

—¡Eso no basta!—Carrie vuelve a agachar la mirada, y esta vez, escucho un débil sollozo—. No te le acerques más.

—Yo...—me detengo en seco.

¿Qué clase de mentira puedo decir ahora?

—No puedo prometerlo—digo finalmente.

—¿Por qué?—vuelve a mirarme, apretando los labios con fuerza.

En ese mismo instante, la sombra en la pared comienza a deslizarse, formando una nube brumosa que poco a poco se expande por detrás de Carrie. Largos y esqueléticos brazos salen de todas direcciones, parecen ramas de árboles, con dedos que forman garras tan afiladas como gruesas agujas. Se acumulan detrás de la figura de Carrie, adheridas a la pared, superan su altura y bajan como si estuviesen sobre ella, como si quisieran atraparla entre todas.