Después de ser atormentado por horribles pesadillas durante toda tu vida, no podría ocurrir nada más que arruinara tu existencia. O al menos eso era lo que Daniel creía. Y es que eso es lo que pensaría cualquier estudiante de Mellow University.
Pero...
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Daniel's POV
—Creo que sé la razón de tus pesadillas.
Después de oír aquello, no pude decirle nada a Mason. A pesar de que mi cabeza estaba tratando de procesarlo, a pesar de que en mi mente se comenzaron a recorrer las noches llenas de sangre y tormentos.
Me quedé en silencio, prestando atención a la historia que Mason estaba a punto de contar...
*NOTA DE LA AUTORA: Lo siguiente parece estar narrado desde la perspectiva de Mason, pero se siente así debido a que Mason está contándoselo a Daniel, todo lo que esté en cursiva a partir de aquí es lo que Mason está diciéndole*
—Poco después de volver del campamento el año pasado, mi tío me encerró en una celda distinta... Yo en mi interior sabía la razón... La cosa es, que junto a mi celda había otro hombre...
"Nunca supe su nombre, pues nunca me lo dijo y no pude pensar en preguntar, pero lo que sabía era que quedaba poco tiempo para que mi tío decidiera convertirlo en vampiro.
Escuchaba como los guardias lo llamaban lunático o demente, debido a que solía gritar incoherencias todo el tiempo.Aunque años atrás había escuchado a los guardias hablar sobre aquel hombre, nunca lo había visto con mis propios ojos, tampoco había estado tan cerca de él como hasta ese momento. Así que, no podía decir que era cierto lo que decían sobre él. Hasta que... lo escuché por mi cuenta...
—¡NO IMPORTA LO QUE HAGAN!, ¡NO IMPORTA LO QUE HAGAN!, ¡NO IMPORTA LO QUE HAGAN!
Me había hecho levantarme del suelo rápidamente, sus gritos fuertes y su áspera voz. Parecía la voz de un anciano, pero mi tío sólo experimentaba con personas jóvenes, por lo que la única explicación para que tuviese una voz tan dañada era por gritar constantemente.
—¡NO IMPORTA LO QUE HAGAN!
A pesar de que solo estaba gritando, por alguna razón comencé a sentirme asustado. Había algo en sus gritos que me estaba poniendo nervioso, era el odio extremo y esa sed furiosa que aclamaba que lo escuchasen, era como si quisiera taladrarle los oídos con su voz a quienes tuviera alrededor.
El hombre siguió repitiendo lo mismo decenas de veces, y yo tuve que taparme los oídos mientras sentía las lágrimas acumulándose en mis ojos.
Tenía mucho, mucho miedo...
Hasta que de pronto... dijo algo diferente:
—¡LOS VAMPIROS NO SON LA CRIATURA MÁS PODEROSA Y NUNCA LO SERÁN! —oí un estruendoso golpe en la puerta metálica de su celda, era él mismo quien estaba golpeándola —. ¡LAS SOMBRAS SON LAS MÁS PODEROSAS!
No era que entendiera lo que estaba diciendo, en realidad, sus palabras seguían sin tener ningún sentido para mí, sin embargo, el hecho de que dijera algo diferente a lo que había estado repitiendo desde hace varios minutos, me desconcertó.
