Capítulo 26: La Marca Sombría

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Daniel's POV

—Daniel... Por favor, ayudame.

Aquellas palabras son lo último que esperé oír. Y eso que todo lo que acababa de aprender mi cerebro había sido bastante cabrón.

Erica estaba de pie frente a Mason y a mí, pero su interior se había derrumbado y nos había contado acerca de su pasado, cosas de las que estoy seguro que no debía hablarle a nadie más.

Al principio estaba confundido, y es que, cuando Erica comenzó a responderle a Mason a la defensiva, yo no tenía idea de lo que él estaba hablando. Porque yo no sabía que Erica estaba "Actuando Extraña", y entre más hablaba, más comprendía lo que decía Mason.

Y sentía que conocía menos acerca de las Sombras.

Porque al final de cuentas, Erica era diferente, y eso a mí como su Marcado, me hacía diferente también.

—Daniel tú... ¿Lo entiendes verdad?—su voz estaba quebrandose cada vez más, sus ojos grises estaban comenzando a llenarse de lágrimas—. Ambos lo comprenden, ¿Cierto?

No pude dejar de mirar a Erica, pero senti a Mason acercarse más a mí por la espalda.

—Tú hermano es tu familia, y Mason tú clan es tu familia...—aprieta los labios—. Jaeger dijo... Que aunque las Sombras no pudieramos tener lazos sanguineos, él y Everet son mi familia—dijo—. Eso es lo que nos hace diferente a las otras Sombras... Eso fue lo que Jaeger me dijo y... ¡Jaeger nunca me mentiría!

Cubre su rostro rapidamente, maldiciendo para sus adentros. Romperse frente a nosotros no estaba previsto para ella, apuesto que nada de esto lo estaba. Mason la había acorralado, pero de alguna forma, se sentía como si esto fuera justo lo que Erica necesitaba.

Miré a Mason de reojo por una fracción de segundo, antes de dar un paso al frente.

—Está bien—dije—. Te ayudaremos, dinos qué hacer.

Por un momento, Erica dejó de temblar. Bajó sus manos lentamente y nos miró, había limpiado las lágrimas de sus mejillas pero aun así sentí una punzada en el pecho.

—¿Me ayudarán?—sus ojos se abren más—. ¿De verdad?

—Oh, Dios—escucho murmurar a Mason, con voz temblorosa—. No mames, y-yo entro en... p-pánico cuando una mujer llora... P-porque nunca sé qué hacer.

—A ver, los dos... ¡Tranquilicense, ¿Sí?!

Me sobresalto al oir música de pronto, Mason lleva la mano a su bolsillo y saca rapidamente su celular para responder una llamada.

—Hola tíaaa—dice nervioso—. ¿Ahora mismo?—arquea una ceja—. ¿Pasó algo malo?

Me acerco a Erica y paso mi brazo por encima de sus hombros en un intento de consuelo.

—Tranquila Erica, para hallar una solución hay que pensar con claridad—le digo—. Primero hay que calmarnos, ¿Sí?

—Oigan chicos—nos llama Mason rascandose la nuca—. ¿Les importa si continuamos la conversación en mi casa?

—¿Ocurrió algo malo?—pregunto.

—Mis tíos quieren que esté en casa, dijeron que me lo explicarían cuando estuviera allá—dice—. ¿Quieren venir?, mi tía Kenna los invita a cenar.

Tan solo de oirlo decir eso, me hizo recordar que no había comido nada, y mi estómago rugió como queja.

—Sería maleducado rechazar la invitación.

° ~ ° ~ °

Kenna Black fue quien nuevamente nos abrió las puertas de la Mansión Pearson, su sonrisa incluso más alegre que antes.

Marcado En Las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora