Capítulo 2: Como si te conociera desde siempre

169 20 5
                                    

Recuerdo haberlo sentido antes.

Es una sensación... cálida. Cuando confías plenamente en una persona, tanto que el simple hecho de saber que puedes contarle cualquier cosa, te hace sentir bien.

Hablar con esa persona no es sólo soltarlo todo, sino que al mirarla tú sientes... Que tienes todo el tiempo del mundo para decirle hasta el más mínimo detalle. La persona que no sólo te escucha sino que también te comprende. La que trata de ponerse en tus zapatos para entender porqué te sientes de esa manera y busca ayudarte después. A veces trata de hacer que te sientas mejor, cuando la verdad es, que con que esté contigo basta para que tus problemas se vuelvan  insignificantes, y algo fáciles de resolver. Porque gracias a esa persona puedes quitarte un gran peso de encima, gracias a esa persona puedes ir y afrontarlo todo, porque no sólo tienes toda tu confianza en ella, sino que ella confía en ti, y eso te da la fuerza para seguir adelante.

Sí, todos deberíamos sentir eso alguna vez en nuestras vidas... Al menos con una persona, sí... con una basta.

—El maestro Luther es mi nuevo dolor de cabeza, ayer dijo un comentario ofensivo en clase y no pude quedarme callada, me recomendó buscar alguna actividad relajante para hacer en mis tiempos libres ya que ahora teme que yo tenga una "Actitud peligrosa"—la voz de la chica a mi lado me regresa a la realidad.

Carrie retuerce su papa frita en su salsa barbeque y la mastica enfuerecida después de llevarla a su boca. Desde que vinimos a sentarnos a comer a la cafetería no ha parado de contarme sobre lo furiosa que la pone ir a su clase de Arte, desde siempre han habido rumores acerca de que el maestro Luther es un idiota, pero es la primera vez que uno de nosotros dos lo tiene como su profesor en alguna materia.

—Es probable que te haga la vida imposible—me recargo en la mesa.

—Lo sé—dice, partiendo otra papa frita por la mitad—. Pero no sería el primero en tratar de hacerlo, y no puedo cambiarme de clase ahora—suspira—. Cambiando de tema, ¿Lo has oído, Daniel?

—¿El qué?—inquiero, y luego me vuelvo para mirar de nuevo hacia la mesa más cercana a la puerta de la cocina.

—Alguien de la familia Black vino esta mañana a dejarle una enorme cantidad de dinero al director, hubo un incidente en el laboratorio de computo de nuevo.

Esta vez, sí que la miro.

—¿Hablas de...?

No puedo terminar de hablar cuando las puertas de la cafetería se abren de par en par, y las dos personas más populares la universidad hacen su aparición. Sin embargo, a pesar de haber captado todas las miradas del cuerpo estudiantil, ambos caminan sin expresión alguna hasta la mesa del centro, aquella que siempre es ocupada unicamente por ellos dos.

—Mason Mathews—continúa hablando Carrie, y fue aterrador ver que el chico de cabello oscuro y ojos verdes miró en nuestra dirección justo en ese instante.

Él y la chica de cabello rubio se apoderaron de la mesa sentándose como un par de reyes rodeados de inutiles plebeyos, sin embargo, este no era un pueblo que lo adorara, pues las razones de su popularidad no tenían nada que ver con que fuesen amigables o súper sociales. Al contrario, no había una sola persona en Mellow University que les dirigiera la palabra.

Aunque tampoco puedo decir que sean tan malvados y aterradores como los rumores advierten, pues no existe nadie que haya tenido una relación con ellos que pueda hablar sobre sus personalidades. Esos dos resultan un misterio para Mellow University, uno que extrañamente nadie se anima a investigar.

—¿Qué dijeron que hizo ahora?—le pregunto a Carrie.

No entiendo el porqué, pero no deja de llamarme la atención las cosas que hace ese par, se podría decir que a pesar de no saber nada sobre ellos, me resultan algo... Interesantes.

Marcado En Las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora