Capítulo 29: El secuestro

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Daniel's POV

Fue como si ocurriera en cámara lenta. En un segundo estaba Doom señalándonos a Mason y a mí, y al otro, su rostro comenzaba a ser iluminado por las luces del auto hasta que se volvió para mirarla, justo antes de que lo arrollara.

Me quedé tieso después de gritar, al igual que Mason a mi lado. Mi corazón latiendo a mil por hora y mi respiración descontrolada, mientras que bajé lentamente la mirada hasta el chico en el suelo.

Sus mechones rosados ahora despeinados están sobre su frente, y es debido a que siento que todo se mueve a mi alrededor que no puedo detenerme a verificar si su pecho se mueve. Mason pasa corriendo a mi lado y se agacha junto a él, y es solo entonces que regreso a la realidad.

—¡¿Están locas?!—grito, mirando a Erica—. ¡¿Qué diablos acaban de hacer?!

—¡Yo le dije que se detuviera! —grita Erica, a través del parabrisas puedo ver que luce sumamente aterrada.

Entonces miro a Whisper, cuyas manos siguen aferradas al volante.

—¡¿A esto te referías cuando dijiste que lo dejarías inconsciente?!—exclama Mason, sosteniendo a Doom para recostarlo en su regazo.

—¡Era eso o hacer que le cayera un pedazo de techo en la cabeza! —grita Whisper en respuesta.

—¡¿Está muerto?!—grito.

—Tranquilo, solo está inconsciente—me dice Mason.

Suelto un suspiro, en verdad aliviado, pero mis manos siguen temblando por el maldito susto.

—¡¿Qué diablos están haciendo?! ¡Ya vámonos! —Whisper asoma la cabeza por la ventanilla, agitando su mano para que nos movamos de una vez.

—¡Ah, sí!

Mason carga en sus brazos el cuerpo desfallecido de Doom Daster mientras que yo sacudo la cabeza para espabilar y me obligo a correr detrás de él. La cajuela se abre y Mason coloca cuidadosamente a Doom dentro para después subirse junto a mí en la parte trasera del coche.

—¡Vámonos ya! —grita Mason.

Whisper pisa el acelerador hasta el fondo y salimos disparados del estacionamiento. Ella evita cruzarse con alguien del personal, zigzagueando para escapar de la fila de coches que recorren el estacionamiento en busca de lugar hasta que por fin cruzamos aquel campo de fuerza. Solo entonces siento que puedo respirar un poco, sin embargo, la calma apenas me dura unos segundos cuando comprendo algo.

¡ACABAMOS DE SECUESTRAR A UNA PERSONA!

—¡No puede ser, en serio lo hicimos! —grito, sintiendo como surge la histeria—. ¡Mierda, mierda, mierda!

¡¿Qué demonios vamos a hacer?! ¡En serio lo secuestramos, somos unos criminales, ¿Qué pasa si la policía nos busca?!

—¿A dónde vamos? —grita Whisper.

—¡Daniel!—siento como Mason me sacude del hombro.

Parpadeo, tratando de enfocar mis ideas.

—¡A mi casa! —exclamo.

Me recargo en mi asiento y llevo mis manos hasta mi cabeza, comienzo a desordenar mi cabello, no puedo dejar de mover mi pie derecho por los nervios, y cuando Mason vuelve a tocarme el hombro me retraigo asustado.

—¿Daniel?

—Nosotros...—murmuro, atónito—. Secuestramos a ese chico.

—Sí, el plan funcionó.

—No... no puede ser—me encojo en mi asiento—. Mason ¿Qué es lo que vamos a hacer? ¿Cómo les avisamos a nuestras familias que iremos a prisión?

Marcado En Las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora