La culpable es ella #22

16 0 0
                                    

[Carmen]

02:13 AM.

Lo primero que hice fue ver a mis amigos, luego me iba a arrepentir de haber tocado sus cuellos para sentir sus pulsos, todos están muertos, no sé como esté el resto, lo raro es que no me duele nada, mi cuerpo parece gelatina de la manera  en que tiembla, la sangre se derrama de mi cabeza hasta mi mejilla, los autos comenzaron a detenerse, unos hombres me ayudaron, veo dos ambulancias, creo que estoy a salvo, mis ojos se cierran.

Abro mis ojos me sobresalto, fue como un golpe en el pecho, en mi sueño iba de caída libre fue horrible, veo a Leonardo sujetando mi mano con su cabeza reposada en el colchón, muerdo mi labio inferior comienzo a llorar, comencemos con esto, esto de actuar, es mejor que crean que no recuerdo así volverán a ser amables conmigo, mi amor es tan dulce, después de todo está aquí conmigo, no sé si me lo merezco, pero haré todo a mi alcance para no perderlo.

De mala gana le quito mi mano consiguiendo que se despierte, me ve preocupado, yo finjo confusión y de más.

—¿Qué pasó? ¿tú que haces aquí?.

—¿No recuerdas lo que pasó?— niego en respuesta —. ¿Me recuerdas a mí?.

—No... como sea ¿y mi mamá? Quiero verla, a ti apenas te conozco, eres Leonardo el idiota que jodió la ceremonia de egreso, sólo hablamos un par de veces ¿tú sabes que me pasó?.

—Tuviste un accidente, pero... Carmen, eso pasó hace muchos meses ¿no recuerdas más de mí?.

—Me duele mucho la cabeza, por favor trae a mi mamá, no quiero estar aquí.

Asiente para luego salir de la habitación, de verdad me duele hasta el alma en estos momentos, tengo un yeso en mi antebrazo derecho, tengo unas gasas en mi frente... Un cuello ortopédico, me lastimé mucho. Leonardo regresa con mi mamá, ella camina lentamente observándome fijamente.

—Mamá ¿qué me pasó? Sácame de aquí ahora.

—Carmen ¿de verdad no recuerdas lo que pasó en éste tiempo?.

Negué breve y lentamente.

—Mamá ¿qué es? ¿por qué importa? Ayúdame por favor, no sé por qué él sigue aquí— dije molesta refiriéndome a Leonardo, mi mamá me ve y no parece creerme, mi amor me ve con tristeza.

Mi mamá le pidió a Leonardo que se vaya, él se despidió con un simple "adiós". Mi papá viene hacía mí, acaricia mi cabello, su mano tiembla, se ve muy preocupado, quisiera decir lo mismo de mi madre, Ariel entra en la habitación.

Maldición.

Les pidió a mis padres que esperen afuera, él cerró la puerta, viene hacía mi, lo veo preocupada.

—Hola, Carmen.

—Doctor ¿Ya me puedo ir? No estoy tan mal, sólo unos dolores en mi cuerpo y mi cabeza la siento perforada... ¿acaso me la abrí en el accidente?— pregunté con debilidad.

—Así que no recuerdas. Carmen, no podrás irte aún, necesitas recuperarte, gracias a Dios tu cuello no se rompió, se pudo detener la hemorragia interna en tu cerebro... Sigue algo inflamado, lo mejor es que descanses, ya después irás a casa te lo prometo— me dijo calmado. Se sienta en la cama conmigo, está algo cerca, más de lo que debería —. De verdad es un milagro que estés viva.

¿Milagro o tragedia? Mientras esté viva lo voy a ir descubriendo supongo.

—¿Va a decirme que pasó?— le pregunto.

—Me dijeron que los autos en los que iban tú y tus amigos chocaron— me responde en brevedad

—¿Mis amigos? ¿ellos están bien?— intento saber con preocupación.

—Sólo dos de ellos sobrevivieron— responde de la misma manera, no quiere contarme nada lo noto.

Entonces maté a seis de mis amigos.

Muerdo mi labio inferior con la mirada en el suelo comienzo a llorar, Ariel pone su mano en mi mejilla seca mis lágrimas.

—Lo lamento.

Vuelvo a mirarlo, me acerco a abrazarlo, él me corresponde enseguida, me duele todo, pero es necesario. Me separo lentamente.

—Perdón por eso, necesitaba un abrazo, mi mamá.... olvídalo, estaré bien, no quisiera quitarle su tiempo debe estar ocupado.

—Así es, dime si quieres descansar o antes llamo a tus padres un momento.

Negué y con ello mi dolor de cabeza regresó, llevo mi mano a mi cabeza.

Ariel se acerca más a mí, me ayuda a acostarme, su mano está detrás de mi cabeza, su nariz está contra la mía, se alejó nada más a pesar de sus verdaderos deseos de por medio.

—Esta bien dile que venga,  no voy a dormir por ahora.

Ariel se fue hacía la puerta, antes de salir me dio una pequeña sonrisa, por impulso llevé mis manos a mi rostro y dolió mucho.

Maldición ahora soy una asesina y suicida, estábamos ebrios, será otro desafortunado accidente nada más, con esto recupero mi vida, haré sufrir un poco a Leonardo por rechazarme tantas veces, la verdad es que si estoy confundida con los tiempos, pero no importa sólo necesitaba borrar unos meses de mi vida nada más.

Mi mamá entra en la habitación, se ve muy mal, cierra la puerta con cuidado, viene hacía mí, su mano acaricia mi mejilla.

—Bebé, hablé con Ariel y con tu psicóloga, perdóname por hacerlo todo mal, me necesitabas y te di la espalda.

La miro confundida.

—¿Quién es Ariel? ¿Psicóloga? ¿qué hiciste ahora mamá? ¿esto es tu culpa?— hice tantas preguntas, intenté sentarme más no pude, sólo conseguí un dolor despiadado por todo mí cuerpo.

Ella toma mi mano, la besa, veo sus lágrimas.

—Sólo perdóname por favor, no intentes esforzarte hija, sólo intenta relajarte.

La miro con desprecio por un momento al verla bajar la mirada, son horribles las ganas de darle una bofetada, yo nunca le hice daño a ella, nunca he tenido malas intenciones... nunca en su contra, cada vez me pierde un poco más, me costará fingir con ella y me pide perdón cuando después me volverá a lastimar, siempre me lastima, ella le pone culpa a mi verdadero padre de que sea como soy, pero no es así, tendré su personalidad y carácter, pero el odio no se hereda se inculca, la culpable es ella.

Mientras estaba vivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora