Mientras estaba viva

Quédate de mi lado #8

[Carmen]

Sábado 09:12 AM.

Me desperté al caer de la cama, un horrible dolor me invade el cuerpo, no me puedo levantar, Grabriel me cargó dejándome en la cama, quitó el cigarrillo de sus labios, casi no me puedo mover.

-Hola.

No pude contener mi llanto, lloro con fuerza de pura rabia, lo odio con todo mi ser, no soporto verlo, no quiero seguir haciéndolo.

-Ah si, si, por fín me dejas verte llorar, eres más fuerte de lo que imaginé, sé que debes estar muy triste y adolorida, esto es lo que le hago a las mujeres por placer, Carmen.

-¡Estás muerto, Gabriel, te mataré!.

-No puedes hacer eso ¿qué parte de todo esto no te gustó? Anoche lo hice por ti más que por mí, enserio no te imaginas mis deseos por haberte escuchado gritar y sin embargo te dormí.

Gabriel me besó, mordí su labio con fuerza haciéndolo sangrar, me sorprendió su extraña reacción, no mostraba dolor en su expresión, es la primera vez que lo veo sonreír limpiando su sangre con la lengua.

-Hija de puta- dijo, pellizcando mi mejilla, le escupo la cara.

-Vete a la mierda.

Se limpió la saliva, le da una calada a su cigarrillo y se detuvo a observarlo.

-¿En dónde te voy a quemar? ¿tu brazo, tu mano, tu seno? A mí no me tienes que escupir en la cara y haré que lo entiendas.

No siento mis pies y el resto es puro dolor, lo veo acercar su cigarrillo a mi mano.

-¡Basta! Enfermo de mierda.

Gabriel igual clavó su cigarrillo en mi piel quemando mi mano, sin piedad alguna, es inhumano por la manera en la que disfruta del dolor y el daño que me causa.

-Quédate aquí, me tengo que ir, no me tardo, recuerda no digas nada, nadie te puede ayudar ¿bueno?.

Asentí, el dejó de presionar el cigarrillo sobre mi piel y salió de la habitación.

Esperé un tiempo en el que aproveche para poder levantarme ¿qué mierda me dio anoche? Me siento tan mal, me puse su camisa, salgo de la habitación, mis piernas flaquean, me apoyo en la pared, logro llegar a mi habitación esperaba que Nadia estuviera aquí, pero no tomé mi celular llamé a Alejandro le pedí que regrese pronto, decidí tomarme fotos tenía que hacerlo.

Me veo en el espejo, tengo sus dedos marcados en morado en mi cuello, sus dientes marcados en mi seno, ese maldito me dejó muchas marcas, duelen mucho, no sé que más hacer, tengo miedo, no quiero decirle a mamá, tengo que aprovechar esto para acercarme a Alejandro, ya no son tiempos para sufrir, si no para mejorar e ir consiguiendo mis objetivos. Esperé un tiempo hasta que escuché golpes en la puerta.

-¿Quién es?- mi voz se escuchó tan débil.

-Yo, abre la puerta- es Alejandro.

Me apresuro a abrir la puerta, sólo me quedé ahí llorando, me ve con preocupación, se acerca a mí, sus manos toman mis brazos con mucho cuidado, mi labio inferior comienza a temblar.

-¿Carmen, qué pasó?-

Lo abracé, lloro desconsolada, me abraza también.

-No sé si pu-pueda contarte, fue tan horrible- intentaba estabilizar mi respiración -. No sé porque él me hizo esto... me lastimó mucho.

-¿Quién? ¿qué te hizo, Carmen? Por favor dime, te prometo que te ayudaré ¿quieres que llame a Luisa?.

Me separo, lo miro directamente a los ojos, sujeto sus brazos y niego repetidas veces.

-No, mi mamá no puede saberlo, esto debemos hacerlo nosotros, es tan difícil esto para mí, pero ¿tú me ayudarás verdad?- Alejandro asiente.

-Sí, Carmen por supuesto.

-Gabriel, él fue quién me lastimó, Alejandro, por eso mi mamá no tiene que saber.

-¿Gabriel?.

-Sé que es tu hijo, yo tampoco me imaginé algo así de él, yo me siento muy mal no sé como manejar todo esto.

-Tengo que hablar con él.

Por favor dime que harás lo correcto... por favor quédate de mi lado.

-Te llevaré al hospital, no sé que le diré a Luisa, no podemos ocultarle esto.

-Y tampoco contarle, se pondrá muy mal y puede afectar al bebé, será por su bien.

Logré convencerlo, Alejandro me llevó al hospital, estuve en observación, fue horrible, me revisaron completamente, me pidieron que cuente lo que pasó, no pude darles detalles, pero era suficiente con verme.

Alejandro logró "hablar" con Gabriel, no respondió a nada de lo que Alejandro le dijo, ni siquiera vino a pedirme perdón, sólo me miró, no sé veía enojado ni nada por el estilo, sólo que si me daba la impresión de que quería hacerme lo mismo de nuevo, Alejandro se veía furioso con Gabriel, por lo que me escabulli para escuchar.

-Gabriel, ya no cuentas conmigo para nada, está vez has llegado demasiado lejos, eso es un delito y lo manejare como tal, espero seas honesto y tomes responsabilidad sobre tus actos.

-Espera papá, ¿tú ayudarás a Carmen? ¿tú la eliges a ella en vez de a mí que soy tu verdadero hijo?.

-No defenderé a un abusador, Gabriel, no sé en que pensabas, no sé que le diré a Luisa ¿por qué haces esto? Traté de estar para ti, te he dado todo, y lamento mucho lo de tu madre, pero no es excusa para hacer lo que hiciste. Claro que ayudaré a Carmen.

-A tu querida Carmen la silenciarias con dinero ¿acaso no la has visto? Eso es todo lo que le importa y a tu zorra podrías decirle lo que sea te lo creería, tú nunca me quisiste eres basura igual que la estúpida de mi madre.

Alejandro le dio una bofetada a Gabriel, el golpe hizo eco en los pasillos.

-No tienes derecho a faltarme el respeto.

-Como quieras, tú no eres nadie para mí.

Sonreí.

Gabriel prepárate para mis planes de venganza porque esto a penas comienza, te lo quitaré todo.

Ay él viene hacía aquí.

Corrí, sólo llegué a sentarme en la cama, entra en la habitación, lo miro, casi por sonreír, Gabriel tomó su chaqueta, Alejandro lo vigila desde la puerta, Gabriel al verme, se tomó de su cuello.

-A la próxima me voy a asegurar de apretarlo por más tiempo.

Llevo mi mano temblorosa a mi cuello, no le tengo miedo, tiemblo por impotencia de no poder devolverle todo lo que me hizo, pero sólo espera, porque si no estás en donde debes pronto, aprovecharé para mostrarte que nunca debiste ponerme un dedo encima maldito.