[Carmen]
13:00 PM.
Pilar viene hacía mi emocionada me abraza dejando un beso en mi mejilla, la abrazo también por un momento y me alejo.
—Carmen, éste lugar es fantástico, tienen tanta suerte.
—Claro— dije sin pensarlo mucho.
No quiero pensar en la falla de su comentario, no quiero sentir mucho más y Pilar es medio torpe. Mi mamá y mi abuela llevan tantísimos años trabajando conmigo y su frase de "si no tienes algo bueno que decir no digas nada" ellas no son estúpidas, pero a veces dicen incoherencias.
—La comida está servida— dijo Aurora.
—Después de ti— dijo Pilar.
Pasamos al comedor, hay mucha comida en la mesa, todo se ve delicioso, me encanta. Con Pilar nos sentamos, ella empezó a servise la comida en el acto, en cambio yo miro a Aurora con una sonrisa.
—¿Mi mamá no viene?— negó.
—Ella dijo que les dará su espacio y que necesita estar sola por el momento, si necesitan algo estaré en la cocina, con permiso— se fue.
—Ella es muy bella y amable, Carmen.
—Claro que si es su trabajo— dije dejando una porción de tarta en mi plato.
—Bueno pero ya la viste no es de esa amabilidad fingida que usan la mayoría— corto sin ninguna dificultad mi comida.
—Pilar deberías limpiarte tienes comida en la cara.
—Si.. perdón, venir de mi casa hasta aquí me puso hambrienta y me emocioné.
Por eso sólo le invito pizza.
Terminé la porción de la deliciosa tarta de pollo, dejo los cubiertos.
—Provecho— limpio mis labios con la servilleta.
Pilar me mira enseguida.
—¿Qué, eso es todo? Carmen, mira todo esto.. no sé a mi me da pena dejar todo esto— rodé mis ojos.
—Entonces sólo tragatelo todo, Pilar, que no te dé pena, yo ya estoy llena.
Pilar se levantó junto conmigo diciendo que era suficiente, siempre funciona esa clase de presión con ella, no me gusta que suba de peso, cada mes tiene dos kilos de más.
Exploramos la casa juntas, tienen de todo aquí una alberca, una cancha de tenis y tienen un precioso trampolín, me pasé el rato saltando, luego con Pilar entramos a ver la televisión en la sala sentadas en el sofá con nuestros envases con helado, Pilar pidió sabor cereza es rico pero, mi favorito es dulce de leche.
(...)
Los meses pasaron con rapidez, mi mamá siguió mi consejo ella y Alejandro se casaron, todo está en completo orden ahora, Pilar y yo igual de bien.
Sábado 20:00 PM.
Pilar después de tres películas se tuvo que ir, así que me quedé sola en ésta gran casa sólo viendo películas. Mi mamá y Alejandro salieron hace dos días, quien sabe en donde estén.
Cierro la puerta al pasar me dirijo al sofá, me acuesto, tomé el control del televisor para reproducir la siguiente película, tiene una introducción muy larga, aproveché para cubrirme con la sábana..
Me muevo, lentamente voy abriendo mis ojos, sentía que alguien me cargaba en brazos, logro ver a un hombre, la casa está oscura sólo la lejana luz del televisor nos alumbra, huele a alcohol, le doy unas palmadas a su hombro.
—Hey, amigo bajame ¿quién eres tú?.
Lo veo mirarme con tal seriedad, pero ¿quién es? Me da miedo.
—Mi nombre es Gabriel y tú debes ser Carmen, te llevaré a la cama.
—¿Qué me llevarás a la cama? Bajame yo puedo caminar— él en cambio me dio una nalgada —. ¡Oye! ¿qué estás haciendo?.
Llegamos a una habitación que no es la mía, no paré de pedirle que me suelte, él sólo siguió sin decirme nada, me acostó en la cama, lo veo quitarse la camisa, iba a levantarme.
—Carmen, no bajes de la cama, no quiero lastimarte, sólo quiero sexo y que tú mantengas esa linda boca cerrada.
—No quiero, no te atrevas a tocarme.
Por supuesto que me levanté con la intención de irme y claro él me lo impidió, me tomó del cuello me dio una bofetada.
—No te lo voy a repetir.
Me lanzó a la cama, se deshace de mi ropa, puso su mano en mi seno, en cuanto lo hizo la quité de un manotazo, vuelve a hacerlo pero ésta vez me ve amenazante, acaricia todo mi cuerpo con la punta de sus dedos, mi odio se incrementó cuando su mano se posó en mi parte.
—Se ve que nada te importa idiota.
—Que perspicaz.
—Me estás violando ¿lo sabes verdad?.
—Que no te confunda el olor, no estoy ebrio ni confundido, sé perfectamente lo que estoy haciendo, Carmen.
No pude contestarle más, me está tocando de una manera tan intensa apoderándose de todos mis sentidos, lo sentí llenar todo mi interior en cuanto me penetró.
—Te odio.
—Que apretada.
—¡Ah, sueltame!.
Comencé a resistirme, lo golpeo, él me sujetó las manos con fuerza, me dio la vuelta dejándome boca abajo, su mano sujeta mi cuello manteniendo mi cabeza pegada al colchón, volvió a darme nalgadas, aprieta mi trasero sin dejar sus embestidas, no se conformó con violarme tan sólo, también me golpeaba.
Mis lágrimas mojaron mis mejillas, mi cuerpo ya no resiste, estoy temblando, me ha tenido peor que a un objeto, moviendome, tomándome como se le dieron la puta gana, me duele todo, el tiempo parece no pasar, Gabriel no me suelta el cabello.
No era un juego después de todo.
Por un momento quise creer que era una maldita broma, pero no era nada de eso ¿quién es? Esto empieza a doler ¿no se detendrá?.
—Du-duele..— se detuvo.
—¿Ah?.
—Me lastimas— dije con dolor.
—Acabaremos pero hace lo que te diga ¿bien?.
—Si.
Me sentí libre cuando se me quitó de encima, no esperé ni un segundo para darme la vuelta y mirarlo quitarse el condón, me puedo imaginar lo que viene. No me quedaré a esperar otra petición por su parte, iba a bajarme de la cama pero él sujetó mi brazo deteniéndome
—No, no te vayas, aún no quiero terminar contigo.
—¿Qué quieres ahora?.
—Tocame..— me toma la mano —. Ven aquí más cerca.
Me obligó a masturbarlo, me mostró cierto ritmo para manejarlo, aún así me tiene sujetada, no me ha soltado, Gabriel finalmente se ha venido en mi mano, es un desgraciado, arrugo la nariz.
Odio a los hombres... en cierto sentido jamás me atrevería a estar con uno por voluntad propia.
Gabriel acaricia mi mejilla.
—¿Me puedo ir?.
—No... todavía, escuchame, a esto te lo quedas bien guardadito para ti ¿estamos? No le contarás a nadie, será nuestro secreto de hermanos. Carmen.
—¿Y ésta es la parte en la que me amenazas?.
—Correcto, se ve que eres muy lista, por lo tanto espero que sepas guardar éste secreto si no te quieres morir.
Me limpié la mano con su camisa mientras él se fue cerrando la puerta, no me dejará ir se ve, sólo me cubro con la sábana completamente cerré mis ojos con fuerza por un momento.
Maldita sea.
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Mientras estaba viva
Short StoryCarmen atraída por el dinero y la vida de lujos que puede llevar decide mudarse con su madre a la casa de su nueva pareja, sólo disfrazó su interés con el de sólo querer proteger a su madre argumentando que no toma las mejores decisiones si ella no...