"Un encanto" #9

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[Carmen]

19:07 PM.

Pasé una hermosa tarde con Alejandro fuimos por helado juntos, vimos una película en el cine y ahora estamos de compras, me dijo que siempre me va a proteger, que no dejará que nadie vuelva a lastimarme, Alejandro se siente muy culpable por lo que Gabriel me hizo, ambos intentamos animarnos mutuamente.

Mi mamá tiene mucha suerte, Alejandro no sólo es un hombre muy atractivo, es inteligente, amable, todo un caballero, con él lo tenemos todo y con Gabriel fuera para siempre tengo más para mí, yo me quedaré con todo, la casa, el dinero, cambiaré mi apellido en unas semanas, no hay tiempo que perder tengo que lograr que Alejandro me ame como a una hija tanto así que decida hacerme su heredera.

—Alejandro— abro la puerta del mostrador, me asomé un poco, veo a Alejandro venir enseguida cubre su vista.

—¿Necesitas algo?.

—Sí, ven aquí, pasa.

Pasó conmigo, cerré la puerta.

—¿En qué te ayudo?.

Me doy la vuelta dándole la espalda.

—Es mi vestido, subelo por mí y también quiero que me des tu opinión.

—Bueno, Carmen, tú siempre te ves muy bien— lo subió por mí y acomodó mi cabello, me giro a verlo —. Te ves muy hermosa.

¿Qué clase de persona soy? Me siento atraída por Alejandro.

Él está prohibido para mí y para cualquier otra mujer que no sea mi madre.

—Gracias.

Hora de actuar.

Dejo caer mis lágrimas forzandome a recordar todo lo malo que me a pasado en la vida como motivación.

—No, nena ¿por qué lloras?— Alejandro me abraza, suspira —. ¿Qué puedo hacer? Sé que lo que pasó fue horrible, pero para mí lo más importante desde ahora es cuidarte, Carmen, quiero ayudarte en todo.

Salimos del local, le pedí a Alejandro que me trajeran mi auto, ya está aquí, guardo las bolsas, Alejandro me toma la mano haciendo que me gire a verlo, él se ve tan preocupado, no se ve nada bien desde lo que me pasó.

—¿Cuánto tiempo?.

Lo abracé, tomé un profundo respiro llenándome de su hermoso perfume.

—No lo sé, sólo necesito alejarme, debo pensar, yo aún no lo puedo creer.

Alejandro me contiene, acaricia mi cabello.

—Tranquila, está bien, pero me cuesta dejarte sola ahora ¿estás segura de esto?.

Me separo.

—Estaré bien.

[Luisa]

20:00 PM.

Hace horas que regresé y en éste lugar no hay nadie más que Aurora, llamé a todos y nadie me responde, me cruzo de brazos sin saber que hacer, veo a Alejandro llegar, él me ve, no se ve bien ¿por qué se ve tan triste?.

Me acerco a él.

—Alejandro ¿qué pasa? Te ves muy triste.

Alejandro me abraza, respira con dificultad como si le faltarán las fuerzas para hacerlo.

—Luisa, perdón.

Me separo.

—¿Perdón? ¿por qué me dices eso?.

—No puedo decírtelo.

—¿De qué o quién se trata, de ti, de mí, de Carmen o quién?.

A su hijo nunca lo vi decir nada si vamos por eso.

—Luisa, tranquila yo me encargaré desde ahora, enserio no te preocupes.

Parece que se arrepintió de contarme sobre el asunto.

—¿No has visto a Carmen?.

—Sí, estuvimos juntos todo el día, me dijo que se tomará un descanso o algo parecido.

—Asumo que le dijiste que me pregunte primero ¿verdad?.

—Luisa, no te preocupes, ella estará bien, no faltará a sus clases.

—Los estuve llamando a los dos.

—Carmen dejó su celular en su habitación, al mío no lo escuché.

—Ay esa niña... así que salieron juntos ¿a qué se debía esa extraña salida?.

—Tuve una conversación con ella sobre nuestra relación, le dije que quiero que mejore y eso.

Le sonreí acariciando su mejilla, ambos decidimos que sería lindo preparar la cena juntos.

No puedo dejar de pensar en Carmen, no sé por qué es tan dura conmigo a veces, quizás es mi culpa, todos dicen que ella es "un encanto" todo ese encanto desaparece si le fallas hasta en lo más mínimo, creo que no la emociona tener un hermano o hermana, tal vez sólo está preocupada por mí.

Alejandro me abraza desde atrás besando mi hombro y mi cuello haciéndome sonreír, lo amo.

—¿Por qué estás tan callada?.

Me doy la vuelta para verlo.

—Pienso en Carmen ¿fuimos egoístas al no preguntarle de esto, Alejandro?.

Él me sonríe, negó, sus manos toman mi cintura.

—Carmen sólo está preocupada por ti, Luisa, me lo dijo, tienes a una jovencita muy inteligente y amable.

A veces me inquieta su inteligencia y encanto.

Unos meses después.

Sábado 11:06 AM.

Me sentía muy mal, estuve sola, no veía a Carmen desde hace tantas semanas, Alejandro logró contactarla, ella dijo que regresará pronto, acabo de regresar del hospital, perdí al bebé, no he dejado de llorar, no me saco de la mente esa imagen, mi angelito no pudo nacer.

Me acosté en la cama abrazando a una almohada con fuerza, mientras mis lágrimas caen sin parar, de verdad quería tenerlo ¿por qué me pasó esto a mí? Cerré mis ojos quedándome dormida.

—A estado durmiendo desde hace horas.

Escucho voces, son Alejandro y Carmen estoy muy segura de eso, abro mis ojos, puedo ver al cielo oscurecer desde el ventanal, me doy la vuelta, veo a Alejandro abrazando a Carmen, ella está tan distinta, lleva un atuendo holgado, jeans, zapatillas y una camiseta... su cabello está un poco desaliñado. Ella no es así.

—Mamá— dijo al notarme.

Carmen viene hacía aquí, se sienta a mi lado y me abraza.

—Carmen, no vuelvas a dejarme.

—Mamá, lo lamento mucho, ya estoy aquí.

Alejandro encendió la luz, vino con nosotras, Carmen está entre nosotros, tomó nuestras manos.

—Carmen, me sorprende verte tan... distinta.

—Se ve preciosa— dijo Alejandro, asentí... sí desde luego que es preciosa, pero no estoy de acuerdo con que se vea así, me alarma algo no está bien.

—Mamá tengo que decirte la razón por la que me fui.

Mi sonrisa desaparece.

—¿Qué?.

—Mamá, estoy embarazada.

¿Qué carajo?.

Mientras estaba vivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora