Mientras estaba viva

No es nadie #29

[Carmen]

No puedo creer esta es la primera reunión familiar que se realiza aquí con todos los integrantes de mi familia, es demasiado, me quedo viéndolos a todos con una sonrisa, me siento tan feliz, descubrir que Alejandro es mi papá me ahorró mucho la verdad no tendré que esforzarme tanto por agradarle... antes de eso dependía nuestra relación.

Me encontré con la mirada de Alejandro, una mirada de amor, felicidad y orgullo dirigido a mí especialmente, tenía la palma de su mano apoyada en su mejilla, mis ojos se posaron en mi madre... esa vieja bruja, pero mi madre a fin de cuentas, tenía la cabeza baja, me sentí observada desde otra dirección, giré mi cabeza hacía allí, Paula y Gabriel parecían hablar de mí, él le dijo algo al oído, ella no deja de verme mientras lleva un bocado de comida a su boca, mastica con rudeza... Paula tranquilamente podría darme una paliza es muy grande, su cuerpo es bastante tonificado, no me conviene tratar de intimidar en este caso, encima se descoloca muy fácilmente.

Leo puso su mano sobre mi muslo llamando mi atención de inmediato, me siento segura aquí estando él y mi papá, son los hombres de mi vida, Evan algún día dejará de ser un niño aunque es muy independiente, miro a mi niña Leonor, tiene hasta esa personalidad de Leo, es muy divertida y curiosa.

Momento después de la cena nos dirigimos a la alberca, había música, llegaron más invitados de Alejandro, me quedé sujetada al cuello de Leo bailando lento, la manera en como me acaricia me eriza la piel, tranquilamente y en silencio nos miramos, me acerqué un poco para besar su cuello.

—¿A qué se debe semejante reunión?— me pregunta.

—No sé tal vez sea para comunicar que soy su hija... no está de más porque igual te di mi palabra de que le gritaría al mundo entero de ser necesario de que estoy contigo y que soy solamente tuya— le respondo.

Con ver nada más que sus ojos brillan me doy cuenta la ilusión que le hace.

Ariel apareció a nuestro lado pidiendo bailar conmigo, yo fui quien aceptó, Leo nada más me dijo que iría a traerme algo de beber que no se tardaba.

—¿Ese es tu novio?— me.preguntó directamente. Yo no podía dejar de ver a los de más con preocupación por todo lo que Ariel siente por mí, temo que haga o diga algo fuera de lugar estando todos aquí —. Mi preciosa, Carmen ¿qué te tiene tan preocupada?— me habla una vez más. Giré mi cabeza, le sonreí.

—Leo, es muy celoso, ya hablamos de que no deberíamos estar así cercanos nunca más... por lo que pasó, eso me da mucha vergüenza créeme— le expliqué.

Ariel enterró sus dedos en mi piel, recorrió mi espalda en puntos ciegos.

—Una última vez te lo suplico, ven conmigo, aunque sea unos minutos, porque esto que siento por ti ya no lo puedo contener... quiero besarte una vez más— me pide, se ve suplicante.

Tanta es su desesperación por tenerme que cada vez se acerca más y más, su cuerpo contra el mío invadiendo el espacio que quedaba entre nosotros. Gracias a Dios, Leo regresó aquí con una bebida frutal para mí.

—Vamos, Carmen— me ordena, Leo.

A penas y pude quitarme las manos de Ariel de encima, nada más lo miré de mala manera por lo que me hizo, es asqueroso.

—Gracias por la bebida, amor.

Nos fuimos a sentar en un rincón sólo un poco apartado del resto, Leo sostiene mi mano entre las suyas, mientras yo cruzo mis piernas lentamente y bebo mi trago.

—Ese degenerado se supone que es tu tío y no paraba de tocarte— se quejó.

—Suerte que te tengo para protegerme— le agradezco.