Me Rindo #32

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[Luisa]

Me sobresaltó oír los gritos de Carmen, Leo, Pilar, Gabriel, Paula, Evan y Leonor nos miramos entre sí asustados, enseguida corrí en dirección hacía su habitación, subí los escalones desesperada, el corazón se me quiere salir eso me oprime a la vez, entré en la habitación encontré una toalla ensangrentada en el suelo.

—Carmen, amor ¿dónde estás?— pregunté, yendo hacia el baño.

La encontré ahí echándose agua en el rostro con un vaso, mantiene sus ojos cerrados con fuerza.

—¡Mamááá...! Me arde, no puedo abrir mis ojos, ayúdame— me suplica.

—Ven, amor, déjame ayudarte— le pedí. La sujeté, llevándola hacía la tina.

—Echame agua, mamá, esto me está quemando— llora y tiembla en mis brazos mi niña.

—Si, amor, espérame un poquito— le hablé. Soplaba su rostro mientras el vaso se llenaba con agua para aliviar su ardor, apoyé su cabeza en mis piernas y mojé su rostro —. ¿Qué pasó? ¿cómo te quemaste así?— le pregunté.

—¿¡QUÉ!? MAMÁ, YO NO ME QUEMÉ ¿Cómo tengo la cara? Mamá dime que no está mal— se altera por completo.

—Mi amor, no, tranquila, ahora sólo tu piel está colorada, esto se va a solucionar no te preocupes— le respondí. Pasé la mano por su cabello está corto y desparejo.

[Paula]

Todos corrieron a ver a Carmen, miré a Gabriel que no puede ponerse de pie, me señaló su muleta, negué.

—Ahora no puedo ayudarte— le respondí.

Corrí a mi habitación primero a buscar la crema y el aceite que compré para cambiarlos por los que tiene Carmen en la habitación a los que les agregué un ingrediente especial que le dará una buena lección por presumida, con lo único que contaba era con su belleza ahora se lo hemos quitado, ya no le queda nada, conocerá un nuevo estilo de vida en donde ya no tendrá los privilegios de antes, de ser una princesa a convertirse en un monstruo.

Entré en la habitación de Carmen finalmente para cambiar los productos y dejarlos intactos, todo eso en cuestión de segundos finalmente dejé los productos originales de Carmen en mi habitación cerré con llave y regresé para finalmente ver a la monstruosa, Gabriel estando así de herido no me sirve para nada.

Pasé entre medio de todos para ver a Luisa lavando la cara de Carmen, está horrenda, miré a Leo en una llamada sosteniendo la mano de Carmen, está hablando con mi papá.

—¿Qué le pasó ahora?— pregunté fingiendo preocupación.

—Paula, lleva a los niños afuera, por favor anda. Pilar ¿te respondió Ariel?— Luisa está al tanto de todo.

Obedecí me llevé a estos niños abajo en donde quedó Gabriel, quedamos sentados viendo a los niños dibujar, estaban llorando asustados hace un momento.

Me acerqué al oído de Gabriel.

—Ya me encargué de todo... no me eres de ayuda en ese estado ¿Tenías que destruirte junto al maldito auto? Ahora tengo que hacer todo sola y esto lo querías tú— le reclamo. Gabriel se sonríe.

—¿La viste?— me pregunta intrigado.

—Sí, había mucha sangre, su cara estaba inflamada y colorada, se le cayó el cabello, está horrenda, acabamos con ella— concluí.

Gabriel niega con su cabeza en respuesta.

—Esto recién comienza para ella, es el principio, deseará morir.

Mientras estaba vivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora