Mientras estaba viva

Te lo mereces #15

[Carmen]

Domingo 10:00 AM.

—Carmen— abro mis ojos, veo a mamá —. Despierta, tu desayuno está servido.

—Ya voy.

—Hija, no pudimos hablar mucho anoche...—

—Dejalo ya está resuelto y preferiría olvidarlo de una vez.

—Bueno, perdona, te espero abajo.

Mi mamá salió de mi habitación, me levanto, cierro la puerta de la habitación de mala gana, me di una ducha rápida me vestí y bajé a desayunar, que niña horrible nos acompaña hoy, tiene muy mal gusto sus lentes son ridículamente feos, me siento frente a ella, Alejandro viene hacía aquí, me saluda con un beso en la mejilla, de repente todo se ha vuelto muy incómodo para mí, me siento rara.

Al terminar mi desayuno, me levanto, al abrir la puerta de la entrada, veo a un chico moreno y muy alto, él me sonríe, le sonrío también.

—¿Hola?— dije, se veía como hipnotizado.

—Hola, soy Oscar ¿Paula está aquí?.

Estrecho su mano.

—Soy, Carmen ¿buscas a Paola?.

—Paula, P.A.U.L.A, muévete— dijo ella chocándome.

Me alejo un poco más, mejor me quedo un poco más, sigo sus pasos, mi mamá y Alejandro se levantan de sus sillas.

—Ella es mi esposa Luisa y él es el prometido de Paula— mi mamá lo saluda, me estaba por ir —. Carmen, ven aquí— me acerco, Alejandro pasa su brazo por mi espalda —, Oscar, ella es mi adorable hija Carmen.

Mis latidos tomaron más fuerza, sonreí apoyándome en él, era todo lo que quería oír, finalmente, Oscar me sonríe, Paula abrazada a él me ve neutral, eso es raro, Alejandro y yo quedamos solos, me alejo un poco para ver a mi desde ahora papá con una sonrisa.

—¿Papá?.

—Si no te molesta, pero eso es lo que más quiero, todo gracias a ti, Luisa se quedará conmigo y no sé como demostrarte cuanto te lo agradezco.

Le tomé la mano.

—Amo a esta familia, veo cuanto te ama mi mamá y eso es todo para mí, se merecen estar juntos.

—Nos merecemos, Carmen, no te excluyas que tú formas parte también.

Nos abrazamos, tuve que llorar, Alejandro me consuela con sus brazos rodeando y sujetando mi cuerpo.

—Es una bendición tener un nuevo papá, creí que no me ibas a aceptar, eso me hizo mantener mi distancia.

—Me siento culpable por eso, no te vayas a ninguna parte hoy así pasamos un día en familia y hablaré con Paula que se comporte hasta un cierto punto se entiende su incomodidad.

—No importa, Ale... Papá, yo sé que debe ser muy difícil para ella compartirte, yo estaría igual créeme.

Acaricia mi cabello, me sonríe una vez más.

—Tan maravillosamente buena y comprensiva como tu madre.

Mi celular recibe una llamada, contesto.

—Hola.

—Carmelita, nena estoy afuera ¿puedo pasar?.

Me voy a abrir la puerta de la entrada, ahí está el tarado, no sé por que estoy con él, me trajo flores, las tomé.

—Gracias Leo, pero hoy no saldré contigo, me pidieron que me quede.

Su expresión cambió a una triste, pero asiente.