[Carmen]
Me senté en la cama de inmediato empujando a Gabriel, me asusta ¿qué hace aquí? ¿Me va a hacer algo? Sería muy estúpido si se atreve porque esta vez no se salvará, pagará por todo lo que hizo, tuve misericordia a pesar de lo que hizo, podría elegir recordar, pero mis acciones futuras según a como Gabriel responda, eso es todo.
—Qué asco— me quejé yendo a limpiar mi cara en el baño me manchó con su asquerosa sangre, él me siguió hasta aquí —. ¿Qué es lo que quieres?.
—No podía dormir... y por lo visto tú tampoco ¿qué es lo que te quita el sueño a ti?— me pregunta con una pizca de satisfacción que no logra ocultar.
Tú... desgraciado.
—No he cenado y me acosté muy temprano ¿y tú?.
—Tú, me dejaste preocupado cuando llegué ¿yo te asusté?— se sonríe llevando su mano a su pecho.
Más que nada me quedé en blanco viendo su apariencia, está muy herido, pero está aquí solo conmigo en mi habitación y es como si sus pensamientos retumban en mi oído de que quiere lastimarme ahora así como antes, de pronto miro a los costados recordando una vez en la que casi me desmayo en este baño por la golpiza que me dio dejándome tan débil, fue la vez que no lo soporté más y no guardé más silencio... hice lo mejor que pude por sentirme a salvo.
—Yo estoy bien... es tarde Gabriel, regresa a tu habitación, yo tengo que dormir— le pedí pasando por su lado,, fui hacia la puerta de mi habitación la dejé abierta para que se vaya.
—Ah, ya veo que estás bien, bueno...— dijo parándose junto a mí, pone su mano sobre mi cabeza, acarició mi cabello, pero al segundo lo jaló, mi cuerpo tiembla como si fuera gelatina, mi corazón se quiere atravesar, pierdo mis fuerzas nuevamente, Gabriel me sostiene — Jaja si... será mejor que descanses— se burla, me suelta lentamente y se va.
Maldito.
Decidí ir a acostarme con Leonor, abracé a la bella durmiente ni siquiera se ha dado cuenta de que estoy aquí, eso me hace llorar.
¿De verdad él podría hacerle daño?.
No quiero seguir... no quiero imaginarme eso, es una... si es que se le puede llamar "persona" es malvado, su crueldad no tiene límites.
Yo daría mi maldita vida por ella.
Cierro mis ojos después de haber besado la mejilla tan suave de mi bebé, intentaré dormir.
—¡Carmen!— esa voz de la chiquilla me despierta.
—Hola.
—Me sorprendió verte aquí.
Me siento en la cama, mi cuerpo se siente adormecido, cada día me siento más débil, Leonor me abrazó.
—Leonor, cambiate, te llevaré conmigo.
—Bueno, pero ¿a dónde?.
—Te lo diré después.
Espero a que Leonor se cambie, salimos de su habitación para ir a la de Evan, le dije que se cambiara, a Leonor la idea ya no le agradaba demasiado y por último los llevé a mi habitación pidiéndoles que me esperen a mí, me vestí, al salir ambos me ven extraño.
—¿Qué?— pregunté curiosa.
—Es que ¿qué pasó con nuestra hermana la de vestidos, faldas, trajes y su uniforme?— preguntó Leonor.
Así es... ellos creen que son mis hermanos.
—¿Y los zapatos de tacón con su bolsos?— agregó Evan.
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Mientras estaba viva
Kısa HikayeCarmen atraída por el dinero y la vida de lujos que puede llevar decide mudarse con su madre a la casa de su nueva pareja, sólo disfrazó su interés con el de sólo querer proteger a su madre argumentando que no toma las mejores decisiones si ella no...